No hay una única explicación a una tasa de repetidores del 38,3% entre los alumnos de 15 años en España. Psicopedagogos y expertos en educación citan una serie de factores que inciden en la repetición y que se relacionan también con el absentismo y abandono escolar: la falta de itinerarios educativos flexibles, la ausencia de puentes entre la FP y el Bachillerato; la pérdida de valores como la perseverancia y el esfuerzo y el diseño de exámenes demasiado teóricos.
Ismael Sanz, director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, enumera cinco claves que inciden en la alta tasa de repetición: “No se ha insistido en la importancia del esfuerzo del alumno; no ha habido pruebas estandarizadas que permitan seguir la evolución del estudiante y el centro; nos hemos centrado en evaluar los conocimientos pero no en su aplicación práctica, saber que lo que aprenden los estudiantes es útil para su vida cotidiana; los alumnos no son conscientes de la importancia de sus estudios a la hora de encontrar un trabajo. Por último, se ha diseñado el mismo itinerario hasta 4º de la ESO, sin flexibilidad y por ello hay más dificultades para motivar al alumno”.
Antonio Jimeno, presidente del sindicato AMES (Mejora de la Enseñanza Secundaria) coincide en que “una de las causas de la repetición es que en la ESO se obliga ahora a todos los alumnos a seguir el mismo currículo y estar juntos hasta el final”. “En un aula puede haber alumnos de 16 y 18 años con diferentes capacidades e intereses, pero a los que se les enseña lo mismo y de la misma forma”.
En su opinión, “la solución” pasa por establecer diferentes itinerarios educativos a partir de los 14 años. En la LOMCE, se abre la puerta a la FP en 3º de la ESO y se ha creado una nueva Formación Profesional Básica para los alumnos de 15 años.
Jimeno no está de acuerdo con que se establezcan límites a las repeticiones. “El problema es que el repetidor sabe que aunque no se esfuerce, ni apruebe, va a pasar curso al año siguiente. En estas condiciones, la repetición no sirve”, dice.
Los expertos consultados defienden la repetición como vía para recuperar al alumno rezagado y motivarle. Pero solo es una opción y debe haber otras, señalan, como los programas de refuerzo.
Pedro Santamaría, psicopedagogo y asesor del Colegio Profesional de la Educación, opina que no se logrará un mejor rendimiento en el aula si no se imprime en la familia la conciencia de que hay que educar en casa. “El punto de partida es introducir una nueva mentalidad en la familia. Si realmente no se trabaja en casa los hábitos y que hay respetar las normas y el conocimiento de los límites, no se mejorará en el aula”. Santamaría explica que en el proceso enseñanza-aprendizaje es fundamental la predisposición del alumno a aprender. “Se pueden introducir nuevas metodologías en clase, pero los estudiantes deben ir con predisposición para que el profesor pueda trabajar con ellos. Es el principal pilar”, sostiene. Santamaría pide «campañas públicas que pongan en claro que la educación es de todos, que deben haber unidad y responsabilidad conjunta».
Otro factor que influye en el rendimiento es el tipo de prueba para evaluar a los alumnos. Según Ismael Sanz, el 25% de los repetidores aprueban el examen PISA, que “es una prueba equilibrada en conocimientos y competencias”. Por ello, a alumnos que les cuesta memorizar contenidos pueden sacar buenos resultados en ejercicios prácticos.
¿Se abusa de la repetición? Antonio Jimeno no lo entiende así. A su juicio, lo que falla no es que haya muchos repetidores, sino que la ley limite esta opción y no se conciba esta medida como forma de motivar a los alumnos para superarse.