– Con cadenas humanas en monumentos, conciertos, pasacalles y actividades infantiles. Casi un centenar de localidades españolas acogerán este sábado diversas actividades con motivo del Día Mundial del Comercio Justo, que se celebrará en más de 50 países y que en España cumple 30 años desde la apertura de las dos primeras tiendas en San Sebastián y en Córdoba.
Bajo el lema ‘Soy comercio justo’, la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) pretende visibilizar este movimiento internacional de lucha contra la desigualdad y por la justicia global, que nació en la década de los 50 del siglo pasado para combatir la pobreza en algunos países.
Los principales actos en España serán cadenas humanas en torno a monumentos o lugares significativos. Además, las organizaciones de la CECJ invitan a los ciudadanos a participar en la campaña en redes sociales titulada #SoyComercioJusto fotografiándose con un cartel que lleva este lema.
Conciertos, pasacalles, actividades infantiles, puestos informativos y de venta, y otras actividades reivindicativas y lúdicas completarán la celebración, en una agenda que puede consultarse en la web ‘www.comerciojusto.org’. La ONCE se suma a ella dedicando el cupón de este jueves, 12 de mayo, al Día Mundial del Comercio Justo.
La directora de la CECJ, Marta Lozano, indicó este lunes en una rueda de prensa en Madrid que el comercio justo cuenta actualmente con más de 2.000 organizaciones productoras repartidas en 75 países de África, América Latina y el Caribe, y Asia; emplea a más de dos millones de personas, y abarca unas 500 entidades distribuidoras y más de 4.000 tiendas especializadas.
Tres de cada cuatro organizaciones se dedican a la producción de alimentación y materias primas como el algodón. África, con un millón de personas trabajando en comercio justo, es el continente más representado. El café es el producto con más empleados y productores (737.000), por delante del té (300.000) y el cacao (175.000).
Lozano señaló que el comercio justo es “bastante más modesto” en España, con unas 30 organizaciones que dan empleo a 150 personas, más de 140 tiendas y más de 2.500 voluntarios, y llamó a la ciudadanía a participar en las actividades programadas para este sábado en 94 municipios españoles.
“LUCES Y SOMBRAS”
El comercio justo mueve en España cerca de 33,5 millones de euros en ventas, según los últimos datos disponibles, de 2014. Lozano destacó que esta cifra tiene “luces y sombras”, porque “no ha hecho más que crecer desde 2000”, pero la media de gasto anual se sitúa en 0,70 céntimos de euro por español, la cuantía más baja de la UE, sólo por delante de Estonia, Lituania y Letonia, cuando los suizos se gastan hasta 40 euros de media.
Lozano destacó que el comercio justo lleva en España 20 años de retraso con respecto a otros países y que el grado de conocimiento de los ciudadanos es “muy bajo”.
“Es un camino lento y de largo recorrido. Vamos en la buena dirección, pero queremos crecer a un nivel exponencial”, apostilló, antes de indicar que los productos se venden más en grandes superficies comerciales, aunque reivindicó las tiendas “porque, además de lo que comercializan, son espacios donde puedes participar en campañas o enterarte de quién está detrás de los productos”.
Por su parte, Pilar Debén, jefa de la Unidad de Educación para el Desarrollo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), señaló que “el comercio justo es una magnífica oportunidad para la ciudadanía de luchar por un mundo más justo y solidario”, porque detrás de los productos “no sólo hay comercio”, sino trabajo y sueldos dignos, por ejemplo.
En la rueda de prensa también participó Safia Begum, coordinadora del proyecto de artesanías y comercio justo de la Fundación Vicente Ferrer en Anantapur (India), quien explicó cómo mujeres con discapacidad de esta región han mejorado su calidad de vida gracias a esta iniciativa.
Begum indicó que las mujeres con discapacidad en el entorno rural de Anantapur sufren una triple discriminación por el sistema de castas, problemas personales y la desigualdad de género, y suelen estar confinadas en el hogar bajo la dependencia de sus padres.
Comentó que el proyecto que ella dirige comenzó en 2001 a enseñar artesanía a varias de estas mujeres, a través de productos textiles, bisutería y papel reciclado. “El objetivo principal era sacar a relucir que tenían alguna habilidad. El primer año fue muy arduo y al principio no veíamos nada más que unas manos, una aguja y un hijo con el deseo de hacer algo. Ahora están elaborando productos de calidad”, explicó.
Begum destacó que 385 mujeres forman parte actualmente del proyecto, pueden desplazarse solas y reivindican sus derechos en una muestra de confianza y autoestima, cuando antes dependían de sus padres, y el deseo de la organización es alcanzar el millar de mujeres con discapacidad.