La pasada semana se cumplieron cinco años desde de la desaparición de Marta del Castillo y su cuerpo sigue sin aparecer. Durante este tiempo, el principal condenado por la desaparición de la joven sevillana, Miguel Carcaño ha dado hasta siete versiones de de lo que pasó aquel día. Este hecho ha llevado a la policía a buscar el cuerpo de la joven en diferentes lugares, desde un vertedero de Sevilla, al rio Guadalquivir hasta la fina La Majaloba.
Todas las búsquedas han dado el mismo resultado, el cuerpo de Marta no ha aparecido. En la última búsqueda del cuerpo, la policía contó con un georradar para inspeccionar la zona. Las esperanzas de los familiares estaban puestas en Luis Avial y su georradar, sin embargo Marta no apareció.
El quinto aniversario de la desaparición de Marta ha sido uno de los más amargos para la familia. Por primera vez, no tenían una esperanza a la que agarrarse. Sin embargo, esta semana el caso podría dar un vuelco tras la petición presentada por los investigadores para hacer una prueba neurológica a Carcaño: el test de la verdad.
Según ha informado esta mañana El Programa de Ana Rosa de Telecinco, el juez habría aceptado que Carcaño sea sometido a este test. Esta decisión judicial daría a la familia una esperanza más de poder encontrara a su hija. «Estamos delante de muchas posibilidades. Es un cartucho muy bueno… Será otra esperanza añadida para encontrar a mi niña», decían Antonio del Castillo y Eva Casanueva, en este programa.
¿En qué consiste el test y quién es la persona que podría realizarlo?
El doctor José Ramón Valdizán, jefe del servicio de Neurofisiología del hospital Miguel Servet de Zaragoza y pionero en la aplicación del Potencial Evocado Coginitivo, es el creador de esta prueba conocida como P300 o test de la verdad. Valdizán lleva veinte años utilizando esta prueba para diagnosticar el autismo y los trastornos de déficit de atención e hiperactividad en los niños.
Hace dos años, tras leer en varias noticias que un medico americano utilizaba una maquina como la suya para investigar diferentes casos decidió poner a disposición de la policía de Zaragoza su test de la verdad. Gracias a ella, hace un mes la policía de Zaragoza utilizó esta técnica pionera en España para esclarecer la desaparición de la vecina de Ricla (Zaragoza) Pilar Cebrián. En concreto se le aplicó al presunto asesino y esposo de la víctima, Antonio Losilla, preso en la cárcel zaragozana de Zuera. En su caso, el magistrado del Juzgado de Violencia de Género número 2 de la capital aragonesa autorizó la petición de la Policía para realizar esta prueba.
¿Cómo funciona el test de la verdad?
José Ramón Valdizán ha explicado a Teinteresa el funcionamiento de este test: “Es un potencial evocado donde la persona tiene que estar atenta a una pantalla donde se le van a poner fotos y frases en relación con la investigación que ocupa. Se le coloca en la cabeza un gorro de electrodos que capta las respuestas cerebrales ante estos estímulos. Como los estímulos son de tipo cognitivo, fotos y frases que representan algo, entonces genera una honda cognitiva que es la P300. Se llama así porque es una honda positiva y porque aparecen a partir de 300 milisegundos del estimulo. Es una honda que es de memoria, si se le pone a alguien una foto que no reconoce no aparece P300. Además es de una memoria episódica, no es de una memoria por ejemplo de ver una foto. Es una memoria interiorizada en la que por ejemplo haya que haber estado en el lugar que se muestra en una imagen. No se puede modificar la voluntad y es independiente del tiempo transcurrido del episodio que se explora”.
Este experto destaca que con esta prueba “se puede descartar sitios o centrar el lugar donde por ejemplo puede estar enterrada Marta del Castillo. Las frases o fotos que hay que poner tienen que ser de cosas interiorizadas y novedosas para la persona. Es como cuando se tiene un secreto y sigue estando en la mete o aunque no lo tengas consciente en el cerebro, pero siempre está ahí”.
Valdizán señala que el funcionamiento de la máquina es complejo porque primero hay que hacer un gran trabajo previo para seleccionar las frases y las imágenes. “Nosotros utilizamos un método ciego, yo analizo las hondas sin saber a qué imágenes o frases pertenecen. Cuando yo he hecho el informe la forense es la que hace la relación de los datos con las imágenes o frases analizadas”, apunta
Al polígrafo se le puede mentir, al P300 no
El padre del test de la verdad explica que el polígrafo “es la frecuencia cardiaca y respiratoria que pertenece a estructuras del tronco del encéfalo, es como si fuera el sótano del cuerpo. Mientras que la P300 corresponde a estructuras como el lóbulo temporal, el parietal y el lóbulo prefrontal, como si habláramos del último piso. El lóbulo frontal puede modificar a la parte de abajo, por eso se puede engañar al polígrafo, mientras que a la parte del cerebro no se le puede controlar”, concluye.