Artur Mas
apareció por primera vez tras conocerse los resultados oficiales junto a la plana mayor de su partido, escoltado por Felipe Puig y Duran i Lleida. Taciturno y visiblemente decepcionado, el presidente valoraba su victoria, a pesar de caer 12 escaños en menos de dos años.Una caída que no acaba con su proyecto soberanista. «La consulta sigue en pie. Intentaré llevarla a cabo en estas condiciones de la política catalana. No significa que el país tenga que renunciar a sus aspiraciones», declaró ante una sala Majestic que coreaba gritos de independencia.
Así, ha constatado que los partidarios del »derecho a decidir» son «una suma indiscutible».
Por ello, Mas pidió que se abra ahora un periodo de reflexión en la política catalana porque CiU no tiene el apoyo suficiente para liderar el proceso soberanista. Por ello, reclama un pacto «con otra u otras» fuerzas políticas. Una invitación a ERC, que se coloca como segunda fuerza y podría ser su socio de gobierno.
«Es evidente que hemos quedado lejos de esta mayoría excepcional, además claramente por debajo de los resultados de hace dos años», admitía Mas, que reconocía que no se arrepiente de haber convocado elecciones anticipadas.
«Tenemos que comprobar que aquello que se dice en la calle, en las manifestaciones, se traslada a las urnas. Ha sido una buena decisión desde un punto de vista estrictamente de país», manifestó en relación a las manifestaciones proindependencia.
«Cuando hay mucha gente que se moviliza y que además convierte la movilización en la calle en movilización en las urnas, siempre es un hecho claramente positivo».