El embargo de la Unión Europea (UE) sobre el petróleo iraní en represalia por su opaco programa nuclear entra en vigor al completo este domingo, una medida que no tendrá mayores repercusiones en España ya que cuenta con proveedores alternativos.
Sin embargo, Irán se ha mostrado nuevamente despreocupado por el embargo. Y es que el crudo iraní tiene sus propios mercados, por lo que el régimen persa ha advertido de que está preparado para afrontar las nuevas sanciones de Occidente a su industria petrolera, que no afectarán a su desarrollo y progreso, según afirma el ministro de Petróleo, Rostam Qasemi.
Qasemi recordó que «la República Islámica de Irán se ha enfrentado a las sanciones petroleras bastantes años» y aseguró que ahora ha estudiado «todas las posibles opciones para afrontarlas», en declaraciones difundidas por la agencia oficial iraní, IRNA,
Entre los países que más han notado las consecuencias del embargo se encuentra España, debido a que el petróleo iraní representaba en torno a un 13 % del total de sus importaciones, por lo que ha tenido que recurrir a otras fuentes para abastecerse.
El petróleo de Arabia Saudí, Rusia e Irak, así como el de otros países del Golfo pérsico, se han perfilado como las mejores alternativas dado que su crudo presenta características similares al del país asiático, en especial el saudí.
Tanto las autoridades europeas como las españolas restaron desde un inicio importancia a los efectos de la prohibición en el país, al considerar que España sería capaz de encontrar alternativas al crudo iraní a unos precios similares.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, confirmó este lunes que el país ya no importa crudo de Irán.
Grecia e Italia son los otros dos Estados miembros que más sentirán las consecuencias del embargo, especialmente el país heleno, ya que compraba petróleo a Teherán en condiciones muy ventajosas y no ha logrado unos términos similares con proveedores alternativos de crudo.
El embargo también afectará a otros países no comunitarios, dado que las empresas europeas copan hasta el 85 % del mercado de seguros para petroleros y la prohibición afectará directamente a las compras de crudo iraní por parte de muchos socios, como Japón, Suráfrica o Corea del Sur.
Por su parte, Teherán ha condenado en reiteradas ocasiones la medida y ha llamado a la Unión Europea a reconsiderar su aplicación, pese a lo que Bruselas se ha mantenido firme en su propósito, dada la efectividad de la medida para presionar a Irán debido a que ataca directamente a las fuentes de financiación de su programa nuclear.
Poco después de que los Veintisiete anunciaran su intención de aplicar el embargo petrolero el pasado mes de enero, Teherán decidió retomar las conversaciones sobre su programa nuclear con la comunidad internacional bloqueadas durante más de un año.