Tubos Reunidos acometerá una reestructuración «inmediata» en su planta de Productos Tubulares, ubicada en el municipio vizcaíno de Trapagaran, según ha informado este miércoles, tras presentar sus resultados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El fabricante de tubos cerró 2017 con unas pérdidas de 32,4 millones de euros, un 35,4% menos que en el año precedente, que concluyó con un beneficio negativo de 50,2 millones.
Al término del pasado ejercicio, la facturación de la compañía se elevó a 312,5 millones de euros, un 60,3% más que en 2016, en el que las ventas se elevaron a 194,9 millones. El Ebitda ascendió a 11,8 millones de euros, un 176,1% más, tras los 15,5 millones negativos de 2016.
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