¿Está en duda el modelo de negocio de Inditex? ¿Ha llegado a su final el idilio que parecía interminable entre el grupo textil y los inversores? Aunque la compañía controlada por Amancio Ortega está ofreciendo los primeros signos elocuentes de debilidad en bolsa desde que empezó a cotizar en el año 2001, no hay un sólo analista que hasta hoy se haya atrevido a poner en cuestión la buena salud de la primera empresa española por valor de mercado.
Aunque sigue cotizando cómodamente por encima de los 100 euros, esta semana el valor ha vuelto a entrar en números rojos en bolsa en 2013 por segunda vez en lo que va de año. Y lo hace antes de la nueva reválida que serán los resultados del primer trimestre que presentará el próximo 12 de junio, que han puesto en guardia a los grandes accionistas institucionales.
El mercado está esperando unos ingresos planos, muy afectados por el frío que ha sido una constante durante los meses de marzo y de abril y que ha condicionado extraordinariamente la campaña de primavera. Según Citi, las ventas de Inditex crecerán un 5,6%, porcentaje que se diluirá totalmente en términos comparables. Es decir, sin contar las nuevas tiendas abiertas en el período.
Según este último criterio, las ventas del gran rival H&M apenas crecieron un 1% interanual en abril, una cifra que los expertos están tomando como referencia. Los inversores ya recibieron los beneficios récord de Inditex en 2013 soltando acciones en bolsa. ¿Por qué? Por la modesta evolución de la cifra de ventas en el cuarto trimestre y, más concretamente, por la caída -en el ejercicio completo- del 5% de la facturación del grupo en España, donde Inditex tiene una gran cuota de mercado del 12%, la mitad de la misma a atribuible a Zara.
Con unas expectativas de crecimiento económico muy pobres para este año y el siguiente y un retroceso continuo del consumo, España ha dejado de ser una pioridad para el grupo. Inditex no abrirá más tiendas en nuestro país este año y está renegociando los precios de los alquileres que paga en las grandes superficies comerciales para cumplir sus objetivos de rentabilidad en un entorno muy negativo. España supuso en 2012 el 21% de las ventas en tienda del grupo, frente al 25% del año anterior.
El grupo necesita dar argumentos a los inversores para seguir alimentando la caldera bursátil en la que el grupo cocinó en 2012 una subida del 70%. Unos excesos que el grupo empieza a pagar en bolsa. «Si los resultados del primer trimestre decepcionan el valor puede volver a caer hasta los minimos de año de 91,84 euros marcados el pasado 18 de abril», señalan en una gran firma española.
Efectivamente, tras la presentación de los resultados del año pasado a mediados de marzo, el valor vivió sus mayores momentos de zozobra en bolsa. La acción cayó un 15% desde la fecha de publicación hasta el 18 de abril. Luego reaccionó con brió hasta los 105,5 euros del pasado 15 de mayo. Desde ahí ha vuelto a ofrecer signos evidentes de debilidad.
Un problema de »timing»
Los expertos están de acuerdo en que Inditex necesita un descanso. En los últimos doce meses el valor acumula una gran revalorización del 55%, casi el doble de lo que ha subido el Ibex 35 y a años luz de la evolución de su gran rival H&M. Sin embargo, todo ha cambiado en 2013 y la cadena sueca sube en bolsa alrededor de un 5% mientras Inditex cede un 2,5% en lo que va de año al cierre de la sesión de ayer.
Los analistas no ponen en entredicho el modelo de negocio de Inditex, pero no esperan grandes sorpresas positivas en los resultados que permitan al grupo reactivar el interés de los inversores lo suficiente como para fimar otro gran año en bolsa.