La cifra de negocio de BlackRock sumó un total de 3.605 millones de dólares (3.070,2 millones de euros), un 11% más que un año antes, con un crecimiento del 89,5% en los ingresos por comisiones de asesoría, administración y préstamo de valores, mientras que los ingresos por comisiones de asesoría vinculadas al rendimiento subieron un 25,3%.
De este modo, en los seis primeros meses del ejercicio la gestora obtuvo un beneficio neto atribuido de 2.172 millones de dólares (1.854,1 millones de euros), un 26,3% más que en la primera mitad de 2017, mientras sus ingresos aumentaron un 13,5%, hasta 7.188 millones de dólares (6.136 millones de euros).
«A pesar de la desaceleración en la industria debido a la incertidumbre de los inversores en el entorno actual del mercado, nuestro diálogo con nuestros clientes y las oportunidades para proporcionar soluciones a largo son más sólidos que nunca», declaró el presidente y consejero delegado de BlackRock, Laurence D. Fink.
«Hemos visto que los mercados ya han estado así antes, y la amplitud de productos de BlackRock, las capacidades de nuestras carteras, las herramientas digitales y la tecnología nos colocan en una posición única para ofrecer valor a largo plazo a nuestros clientes y accionistas», ha añadido.
Durante el segundo trimestre también se ha podido apreciar la reducción de impuestos asociada a la reforma fiscal de Donald Trump –‘Tax Cuts and Jobs Act’–. De esta forma, la tasa impositiva efectiva ha bajado en 6,5 puntos porcentuales, hasta el 24%.
BlackRock cerró el periodo de abril a junio de 2018 con un total de 6,3 billones de dólares (5,3 billones de euros) en activos gestionados, un 10,7% más que a 30 de junio de 2017.