Cada niño es diferente, aprende a ritmos distintos, entiende las cosas a su manera, sus necesidades son relativas. «Entre el »mejor» y el »peor» alumno de cada clase hay una diferencia de nivel de hasta dos cursos», explica Javier Arroyo, uno de los fundadores de Smartick.
Los profesores, que tienen clases con hasta 30 alumnos, hacen lo que pueden. «Al final lo normal es adaptar el nivel a la baja para que ningún niño se quede atrás«, dice Arroyo. Pero no es necesario. Ya no. La inteligencia artificial puede, sino arreglar, al menos suavizar estas diferencias entre los alumnos.
Smarick nació para eso, «para sacar lo mejor de cada niño, independientemente de su capacidad, su edad o su curso». Una aplicación con versión web y móvil que pone ejercicios de matemáticas adaptados a cada usuario a través de la inteligencia artificial.
Inteligencia artificial y Big Data
En sólo 5 años de vida, dos emprendedores españoles, Daniel González de Vega y Javier Arroyo, han conseguido que más de 10.000 padres confíen en Smartick para complementar la formación de sus hijos. «Tenemos ejercicios en inglés y español y usuarios en más de 70 países», explica Arroyo a Teinteresa.es. Además, trabajan con 15 centros escolares para que utilicen su app en clase.
El algoritmo que han creado »aprende» con cada niño, se adpata y recopila los datos. Un algoritmo que mejora a diario y tiene una nueva versión cada 6 semanas. «Es inteligencia artifical», dice Arroyo, «detecta el progreso del niño y le pone ejercicios acordes a sus necesidades». Ni muy duros para que no se frustre ni muy fáciles para que no se relaje.
La máquina recopila millones de datos de cada usuario. Unos datos que se analizan y procesan a tiempo real y que muestran la diversidad de los alumnos y también sus puntos fuertes.
Una herramienta para la diversidad
Con 15 minutos al día los niños muestran una mejora considerable en sus conocimientos de matemáticas. Según los datos de Smartick, el 94% mejora su capacidad de cálculo y un 80% ve esa mejora reflejada en sus notas.
Arroyo explica que este es el motivo por el que empezaron con Smartick. Tanto él como su socio Daniel habían trabajado juntos como consultores en Accenture, después sus caminos se separaron. Daniel hacia el capital riesgo y Javier hacia el márketing. Decidieron crear Smartick a raíz de unos resultados del examen europeo PISA.
«Nos dimos cuenta del mal resultado de España en matemáticas en el PISA y no entendíamos como algo que a los dos nos apasionaba tanto a los niños no les gustaba», explica Arroyo. Empezaron a investigar y dieron con el método Kumon, un sistema japonés para aprender matemáticas. «Vimos que era en papel y decidimos aprovechar las nuevas tecnologías para algo similar.
Su herramienta es perfecta para colegios cuyos alumnos tienen muchas diferencias culturales y de nivel. «Es la herramienta perfecta para la diversidad».
Una de las empresas más prometedoras del mundo
Su idea funcionó y no solo eso, sino que fue elegida como una de las start ups más prometedoras del mundo por el prestigioso MIT, el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Tienen un equipo de Smartick trabajando en Boston y el objetivo es ampliar el número de alumnos en el mercado americano.
Además, han recibido más de un millón de euros en financiación de la Comisión Europea para llevar a cabo proyectos de desarrollo de brain training e inteligencia artificial. Nuevos productos y proyectos para este par de emprendedores que buscan la innovación con sello español.