Dos mujeres de origen mexicano han vivido una situación de lo más surrealista. A pesar de ser ciudadanas estadounidenses, dos chicas han tenido que sufrir que en la frontera, una patrulla las parase y las detuviera. El motivo, hablar castellano.
El incidente ocurrió la semana pasada, según USA Today, en una tienda en Havre, Montana, cerca de la frontera con Canadá. Las dos afectadas, Ana Suda, de 37 años, y su hija pequeña, Mimi Hernández, fueron a comprar huevos y leche a la tienda de la gasolinera cuando, al esperar en la cola para pagar, un oficial de la Patrulla Fronteriza les pidió identificación.