La fiebre por el juego de Nintendo para móviles ha provocado situaciones surrealistas, algunas de ellas ya no tan graciosas. Un ciudadano de Palm Coast-Florida, disparó a dos jóvenes que jugaban a Pokémon Go delante de su casa.
El hombre oyó ruidos en un coche aparcado enfrente de su domicilio. Al verlo con un arma, los dos jóvenes arrancaron el coche y trataron de escapar mientras el dueño del domicilio no dudó en disparar. La madre de los adolescentes denunció el caso tras descubrir que las ruedas del coche en el que huyeron los jóvenes estaban pinchadas por varios impactos de bala. La obligación de ir siguiendo el mapa y no levantar la vista de la pantalla ha provocado ya más de un incidente grave.
¿Habrá crisis en Nintendo si se acumulan estos casos?
Para muchos Pokemon Go suponía la salvación de NINTENDO. El gigante nipón se había visto sorprendido en las dos últimas décadas por SONY y Microsoft, que habían arrasado con la PlayStation y la X- Box dejando atrás las consolas de Nintendo que fueron pioneras del fenómeno en los años 80.
Sin embargo, es cuestión de tiempo que se imponga un fenómeno de repulsa hacia este videojuego. Ya son muchos los que sin haberlo probado, ya les parece que es una locura y otros que probándolo y haciéndose adictos un día despiertan de su realidad virtual en la cama de un hospital y comprenden que no fue una buena idea.
Y por supuesto que Nintendo no tiene la culpa, es un juego, como lo usa cada uno es cosa de cada uno. Pero aquí hablamos de crisis corporativa y cuando se acumulen los casos de accidentes, cuando surjan asociaciones de víctimas, cuando Nintendo tenga que afrontar juicios, toda la prensa que hoy da pábulo al videojuego, recogerá esas informaciones y generará un clima de aversión hacia la marca, en toda su extensión, no solo hacia el juego.
Los cinco errores del juego
¿Por qué va a ocurrir esto? ¿Tiene NINTENDO o sus filiales Pokémon Company o Niantic que controlar a todos los usuarios y corregir sus actitudes individuales? Evidentemente no, pero tampoco debió de cometer algunos errores que son de bulto cuando una compañía inicia una nueva actividad.
- No tener en cuenta los potenciales riesgos de tu actividad. Ninguna actividad está exenta de peligros, simplemente hay que identificarlos y controlarlos. En este caso, la marca nipona no ha tenido en cuenta el poder de su producto, no ha medido los riesgos que subyacen de la actividad del hombre, especialmente cuando este no presta atención a ellos.
- Comunicación de riesgos inexistente, no funciona la comunicación preventiva. En mi opinión, NINTENDO debió explicar con anterioridad las consecuencias de un uso erróneo de su video juego, con una campaña preventiva de comunicación que le permitiera blindar su imagen y le evitara embarazosas situaciones que están por venir.
- Determinados videojuegos deben de contar con un control parental, que en el caso de Pokémon Go no existe (o al menos yo no lo he encontrado y he bajado la aplicación). Esto pone en un duro aprieto a la marca, que se verá obligada a justificarse, a afrontar juicios contra padres indignados por el poder adictivo e insaciable de la maléfica arma letal que ha acabado con los estudios de su adorable hijo. Y ya sabemos todos que cuando una marca se topa con los derechos de los menores, siempre ganan los peques.
- No incidir en la ventaja social de Pokémon Go. En un portal americano he leído que el origen del juego es animar a la gente a moverse, a salir y hacer deporte, un gran eje central como mensaje anti obesidad que la marca no ha sabido exprimir.
- No incluir en el propio GPS del video juego alertas ante peligros. Igual que pueden colocar un Pokémon donde quieran, pueden también colocar señales que alerten de peligros, lo que haría al juego mucho más responsable y apto para todos los públicos.
Fran Rosillo es especialista en crisis empresariales en Crisis Communications & Response (CC&R)