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Es un concepto generalizado entre la población el temor a realizar reformas de hogar. El motivo es que, lo frecuente, es tener que convivir con ellas, una situación que suele generar notables molestias: pérdida de privacidad por las continuas entradas y salidas de los profesionales, suciedad, obras que se alargan más de lo previsto, gastos por encima de los presupuestado y un largo etcétera. A pesar de todos estos inconvenientes, en numerosas ocasiones, se deben afrontar reformas en el hogar, en algunos casos por el mero desgaste que sufre una vivienda con su uso y, en otros, porque, al producirse un cambio de propietario, o inquilino, el que lo sustituye desea acomodar y personalizar la vivienda a sus necesidades y gustos.
Existen otros motivos, como el efectuar mejoras en la vivienda por ejemplo: instalación de puertas de madera para el interior, de un práctico juego de puertas corredizas, unas resistentes puertas acorazadas con las que reforzar la vivienda o de unas hermosas puertas lacadas blancas que ofrecen una calidad de vida mejor y un mayor confort. Igualmente la modificación de las necesidades familiares también condiciona este tipo de reformas por ejemplo: arreglo de una habitación por el nacimiento de un hijo. En fin, la casuística es muy variada, aunque toda tiene un nexo común: convertir el espacio doméstico en el que se pasa una parte importante de la vida en un lugar más agradable y funcional.
A la hora de afrontar una reforma de hogar, lo primero que hay que evaluar son las necesidades que motivan su realización este proceso debe estar lo suficiente madurado para evitar futuras frustraciones. Dentro de la evaluación, han de valorarse las terminaciones que se pretenden realizar, solicitar varios presupuestos al menos, tres para elegir la opción más favorable, estudiar la provisión de materiales para que la reforma pueda ejecutarse en el plazo y forma previstos, además de un sinfín de detalles menores necesarios para llevarla a buen puerto.
Si la reforma va a implicar el trabajo de diversos profesionales, conviene acudir a las empresas que ofrecen un servicio de reforma integral, que atienda todas las necesidades. De otro modo, se corre el riesgo de desajustes entre unos profesionales y otros, lo que redundará en dilaciones para terminar los trabajos y mayores molestias para los impulsores de la reforma.
Según el tamaño de la reforma puede hacerse necesario disponer de los planos de la vivienda, motivo por el cual, es aconsejable contactar con un arquitecto, para su obtención. Las Administración públicas ofrecen unos planes Renove para reformas aunque estos, a veces, son irregulares en el tiempo y, dependen, la mayoría de las veces, de los recursos económicos que el organismo de la Administración otorgante posea.
Hoy en día, existen un gran número de materiales y técnicas para reformas de hogar. El bricolaje doméstico es una de las posibilidades, que por su coste, mejor acogida tiene, aunque, en numerosas ocasiones, es imprescindible acudir a profesionales cuando los trabajos son de cierta envergadura.
De las dependencias de la vivienda, la cocina suele ser una de las estancias que requiere de un mayor mantenimiento, debido a su uso más intensivo, y por lo tanto, su reforma suele ser de las primeras en acometerse. Los baños también son dependencias con un gran desgaste y suelen ser reformados frecuentemente, normalmente para colocar elementos más cómodos y funcionales como los platos de ducha, y otros más estéticos como grifería, sanitarios, mobiliario y azulejos. Por último, están reformas menos habituales como poner escayolas, cerramientos exteriores de balcones y solanas, sustitución de escaleras, tirar tabiques para cambiar la distribución de la vivienda…
En todo proceso de reforma, además de los factores tratados anteriormente, hay un componente cuyo peso específico determina, en la mayoría de los casos, la ejecución de la misma. Se trata de la adaptación de un inmueble para convertirlo en un hogar. Es clara la diferencia entre ese espacio funcional que nos permite realizar funciones domésticas de descanso, aseo, alimentación y ocio del que aporta unas sensaciones y unas emociones que van más allá de la atención de meras funcionalidades domésticas.
El aspecto sensitivo-emocional impulsa los procesos de reforma en aquellas personas para las que es esencial la búsqueda de una fusión vivencial y anímica con el inmueble donde desarrollan parte de su existencia. En estos casos, cobra un gran protagonismo la decoración y el mobiliario, ya que aportan, sin grandes cambios ni renovaciones del inmueble, unos niveles de afinidad con el espacio buscados.
Como puede observarse, en el mundo de las reformas la evolución en los últimos tiempos ha sido ciertamente espectacular, en cuanto a materiales, técnicas y posibilidades, así como las novedades que han surgido en el campo de la decoración. Existen múltiples tendencias culturales que influyen en este aspecto, y las posibilidades son casi infinitas.