Aún no han empezado casi el curso y ya estamos de huelga. Mal síntoma. ¿Se van a recuperar esas horas que solo perjudican a los alumnos? No parece. ¿Funciona la educación en España? La tasa de abandonos y los datos del informe PISA señalan que no. Entonces ¿Por qué otra huelga nada más empezar el curso? La Plataforma Estatal por la Escuela Pública cree tener argumentos suficientes para salir en la calle. Para ellos la exigencia no debe estar por delante de la igualdad. La pregunta es ¿Es justo que con los impuestos de todos se paguen matrículas a repetidores? ¿De quién es la culpa de que los padres que se lo pueden permitir apuesten por pagar más en colegios privados y concertados? ¿No les gusta lo »gratis» o peinsan que es que sus hijos salen mejor preparados? Un toque de atención para todos los miembros de la comunidad educativa debería ser este hecho.
La Plataforma Estatal por la Escuela Pública, integrada por sindicatos docentes y asociaciones de padres y alumnos, considera prioritario convocar la segunda huelga general en la educación este año para presionar contra la ley Wert, los recortes, la subida de tasas y los ajustes en las becas. Plantean el 24 de octubre para salir a la calle y hacer el paro, ante la previsión de que por esa fecha se esté debatiendo el proyecto de ley en el Congreso, una norma que consideran, en líneas generales, un retroceso porque encorseta y segrega al alumnado a una edad temprana; se apoya en una política de recortes y no resuelve el problema del fracaso y abandono escolar. ¿La resuelve la ley actual? No parece.
El sistema actual, guste más o menos Wert, ahora el malvado de la educación, cuenta con una tasa de abandono insostenible. Cada abandono es dinero tirado que podría haber sido invertido en otro alumno con dificultades económicas que obtiene resultados. La alta tasa de repetición en España es del 35% en los alumnos de 15 años, alerta a todos los organismos internacionales, como la OCDE, que sostiene que en países donde más alumnos repiten grados, el rendimiento general tiene ser inferior y agrava la desmotivación.
La escuela pública utiliza como principal argumento para justificar el paro y las movilizaciones que la política educativa del Gobierno merma la igualdad de oportunidades y se vuelca en la consecución de logros académicos. Pero ¿no es obtener una cualificación, un resultado lo que motiva el estudio, además del conocimiento?
¿Estar preparado no es la mejor garantía para encontrar trabajo, aunque ahora sea complejo de todas formas? No piensan así los convocantes de la huelga. “La ley Wert es clasista, está orientada a la educación antigua, de buscar los resultados, creando una universidad de élite y expulsando del sistema a los alumnos que se quedan atrás, de forma injusta. Y un país no puede tirar para adelante viviendo de la élite”, sostiene José Luis Pazos, portavoz de la plataforma y de la asociación de padres CEAPA.A los 13 años es demasiado pronto para elegir el futuro… aunque en los países más punteros es lo que se hace
Es cierto que no solo unos pocos pueden tirar del sistema, pero ¿de quién es la culpa de que los alumnos no den resultados? ¿No tienen algo de responsabilidad los centros y los profesores, además de los alumnos?
Carlos López Cortiñas, responsable de la federación de enseñanza de UGT (FETE), opina que la reforma educativa relega al aspecto asistencia la educación infantil, cuando debería ser el pilar para el aprendizaje, y falla al adelantar a 3º de la ESO la elección de la FP, es decir, a los 13 años, sin trazar puentes para que el alumno pueda reconsiderar su decisión en el futuro.
La plataforma pública se pronuncia así sobre algunos aspectos de la ley Wert y recetas planteadas por expertos en educación para combatir el fracaso escolar:
1. Reválidas: “No compartimos el modelo de jugar todo a una prueba. Creemos en la evaluación continua e integral. Es decir, medir no solo el conocimiento sino las aptitudes del alumno”, señala Pazos, de Ceapa.
2. No pasar de curso con suspensos. Con la ley Wert, no se puede pasar curso con más de dos materias y si son lengua y matemáticas, tampoco. Además, se podrá repetir 1º, 2º y 3º de la ESO más de una vez, y en este periodo el máximo de repeticiones serán dos. En cuarto de la ESO se puede repetir dos veces si no ha habido repeticiones en los cursos anteriores.
La plataforma se muestra en contra la teoría de que pasar sin suspensos mejora el rendimiento. “No hay facilismos en el sistema. Tenemos una tasa de repetidores altísima. Ahora no se puede promocionar con las materias instrumentales suspensas. Lo que debemos plantearnos es el modelo de evaluación, que no solo mida el nivel de conocimientos adquiridos, sino también la madurez y la preparación”, sostiene Pazos.
Carlos López, de FETE-UGT, plantea dar más importancia a los orientadores y advierte de que las repeticiones tienen un alto coste en el sistema y que hay que evaluar al alumnado de forma global.
3. Reducir asignaturas del temario
Carlos López piensa que “puede haber una exageración de asignaturas”, pero se muestra cauteloso a la hora de recortas horas lectivas de materias para ganar más tiempo a mates y lengua. “En PISA se advierte de que tenemos problemas de comprensión lectora y cálculo. Pero hay que hacer un buen diagnóstico porque hay diferencias entre comunidades. Creo que educación es integral, es decir, en geografía se lee y se escribe”.
4. Exigir un 7,5 de nota para cursar Bachillerato. En Finlandia, los estudiantes tienen que sacar esta nota para ir al instituto, que en el caso de España equivaldría al Bachillerato. López opina que exigir una nota para acceder a una etapa educativa puede ser una opción para estudiar encaminada a mejorar los resultados, siempre que no sea discriminatoria. Pero ve peligroso reservar estos centros a los mejores expedientes. “Soy más partidario de que haya centros para todos, que tengan igualdad de oportunidades, porque los estudiantes evolucionan. La clasificación puede estar bien para adquirir conocimiento, pero mal si se mira desde el concepto de la educación”.
5. Mejores y excelentes profesores.
La plataforma considera necesario un MIR docente para potenciar y evaluar las habilidades pedagógicas del profesorado. “Pedimos que se seleccionen a los mejores profesores, que no siempre son los que mejor nota tienen. Hay que analizar sus aptitudes en comunicación, la experiencia, la pedagogía”, señala el portavoz de CEAPA. Carlos López, de FETE-UGT, añade que el profesor debería obtener mejoras salarias en función de la actividad y los resultados docentes, y no de la antigüedad.
6. Elegir en 3º de la ESO la FP
El docente piensa que es demasiado pronto para que el estudiante elija o se le encamine hacia una determina opción educativa, sin establecer puentes claros para reconsiderar la vía. Plantea que en 4º de la ESO se reorganicen las asignaturas por bloques, uno más profesional y otro académico.
7. ¿Sobran universitarios?
El director del informe PISA dijo esta semana que sobran profesores. José Luis Pazos, de la asociación de padres, lo rechaza, pero admite que hay que reorganizar las carreras universitarias, rediseñar el mapa de las titulaciones y promover la FP, que ha sido denostada muchos años. Para ello, plantea que en la Educación Secundaria se combinen las enseñanzas académicas y las de FP. “Todos los alumnos en el mismo centro”.
8. ¿Créditos blandos a los universitarios para compensar la caída de becas?
Carlos López, de FETE-UGT, piensa que esta línea de préstamos blandos para que los estudiantes puedan financiarse sus titulaciones, como pasa en EEUU, puede ser una medida para estudiar en un contexto puntual de déficit de recursos. Pero rechaza que sea el camino en el modelo universitario y se opone a la reducción de becas –el ministro Wert cifra en 10.000 los alumnos que se quedarán sin la ayuda este curso.
Sobre la subida de las tasas y la penalización a los repetidores, opina que “hay que castigar a los que hacen un mal uso de su plaza”. Pero advierte de que el contexto del alumno es importante: “Hay universitarios que suspenden porque tienen que trabajar y estudiar a la vez. No pongamos todo en el mismo saco. El sistema universitario es caro, pero también igualitario y ha permitido a muchas familias con problemas tener unos estudios superiores”.