En el caso de los préstamos, las consecuencias son más alarmantes. Solo dos países europeos (Islandia y Montenegro) ofrecen esta modalidad en vez de una beca.
En 27 de los 38 países y regiones analizados, el Estado facilita la obtención de préstamos específicos para el estudio además de becas. Sin embargo, el porcentaje de estudiantes que hacen uso de ellos es muy reducido: oscila entre el 0,01% de Bélgica hasta el 11% de Letonia.
Dinamarca es el único país que configura una excepción en este sistema. El 50% de los alumnos daneses hace uso de un préstamo para financiarse sus estudios.
Además, en 16 países se aplican reducciones impositivas o subsidios a las familias de los estudiantes como es el caso de Austria, Grecia, República Checa, Alemania, Bélgica y Suiza.
Así, por ejemplo, en Irlanda la reducción es del 100% y en Lituania el importe se corresponde con el 15% del coste de la matrícula universitaria.
En Noruega apuestan por dotar de becas a los estudiantes, pero no dan ayudas a sus familias, mientras que en Austria, Grecia o Malta compatibilizan estas ayudas y becas.
Asimismo, el informe constata que cuanto más altos son los precios, menos ayudas económicas existen. En España no existen ni deducciones en el IRPF ni subsidios destinados a las familias con hijos que estudian en la universidad.
El estudio se ha elaborado a partir de los datos recopilados por el National Student FeeandSupport Systems, comparando los precios públicos que han pagado los estudiantes universitarios de grado y de máster en treinta y tres estados de Europa en el curso 2013-2014. Los dos únicos países que no han facilitado sus datos son Luxemburgo y Holanda.
Este documento incluye los datos desglosados para Reino Unido en 4 regiones (Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte), Bélgica en tres (francófona, flamenca y germanófona) y España en Cataluña.