El objetivo de las Becas Leonardo es contribuir a la generación de conocimiento, desde la investigación básica y el desarrollo de aplicaciones tecnológicas, hasta la especulación filosófica y la reflexión artística.
Las Becas Leonardo a Investigadores y Creadores Culturales 2018 se han resuelto en once áreas: Ciencias Básicas; Biología, Ciencias del Medio Ambiente y de la Tierra; Biomedicina; Tecnologías de la Información y la Comunicación; Ingenierías y Arquitectura; Economía y Ciencias Sociales; Comunicación y Ciencias de la Información; Humanidades; Artes Plásticas y Arte Digital; Música y Ópera; y Creación Literaria y Teatro.
Los destinatarios están en un momento intermedio de sus carreras, y forman parte del tejido que sustenta el sistema investigador y creador de España con proyectos que reflejan la variedad de perspectivas y la creatividad que hacen avanzar la ciencia y la cultura, asegura la entidad.
La convocatoria es abierta y este año la fundación ha recibido 1.521 solicitudes, distribuídas en las citadas once áreas. Cada una de ellas ha contado con una comisión evaluadora formada por expertos independientes que han valorado en la misma proporción tanto la trayectoria académica de los solicitantes, como el interés y la originalidad del proyecto presentado.
Entre los proyectos ganadores destacan, la fabricación de ventanas capaces de generar energía eléctrica a partir de la luz solar; el desarrollo de exoesqueletos personalizados que se adaptarán a las necesidades específicas de pacientes con lesiones medulares; la aplicación de la técnica de edición genética CRISPR al estudio de la leucemia; una investigación sobre la relación entre el cambio climático y la extinción de especies; un estudio neurocientífico sobre los patrones de conectividad cerebral y el perfil cognitivo de los maltratadores de mujeres; un análisis histórico de más de 500 cartas de amor escritas por cinco mujeres en los Siglos de Oro; o una instalación interactiva que representará la relación entre humanos y robots.
PERFILES DE LOS GANADORES
Los becarios seleccionados en esta convocatoria tienen una edad media ligeramente superior a los 38 años, aunque en el área de Comunicación y Ciencias de la Información supera los 40 de edad promedio, mientras que las más ‘jóvenes’ son Tecnologías de la Información y la Comunicación, y Humanidades, con una media de 35 años.
En cuanto a la distribución por sexos, en el reparto total de becas, 40 se han concedido a hombres y 24 a mujeres, aunque existe una gran variabilidad por áreas: en algunas como Biomedicina, Biología, Ciencias del Medio Ambiente y de la Tierra, Tecnologías de la Información y la Comunicación, y Artes Plásticas y Arte Digital, la proporción se aproxima a la paridad (tres hombres, dos mujeres), pero hay áreas con claro predominio de hombres, como Ciencias Básicas (siete hombres, una mujer), mientras que en otras, como Comunicación y Ciencias de la Información, ocurre justo lo contrario (cuatro mujeres, un hombre).
La situación laboral de los becarios se corresponde con el estadio intermedio de las carreras al que se dirige este programa de ayudas: 17 son profesores de universidad con el rango de titular, contratado doctor, ayudante doctor, asociado, visitante o interino; 18 son investigadores contratados (cinco de ellos del programa Ramón y Cajal); cinco son becarios postdoctorales (cuatro de ellos del programa Juan de la Cierva), y tres son científicos titulares. Entre los seleccionados en las categorías de creación cultural hay seis escritores, cinco artistas y dos catedráticos de conservatorio.
Respecto a la distribución geográfica de los centros de trabajo, el 56% se ha adjudicado en las regiones con mayor concentración de centros de investigación y universidades -Comunidad de Madrid (26,5%), Cataluña (17%), y País Vasco (12,5%)-, seguidas de Comunidad Valenciana (10,9%), y Andalucía, Aragón y Castilla y León, con un 6,2% de proyectos cada una.
Los 64 seleccionados en la presente convocatoria amplían la ‘Red Leonardo’, una red que alcanza ya un total de 305 investigadores y creadores que han recibido, a título individual, el apoyo de la Fundación BBVA desde 2014. El perfil medio de los integrantes de esta comunidad es el de personas en torno a los 40 años, en su mayoría con una amplia experiencia internacional pero que, por el desfavorable contexto del mercado de trabajo en un dilatado periodo, carecían de una posición laboral estable.