Día uno post-Trump. La mayor parte de la prensa internacional ha puesto el grito en el cielo tras la elección de Donald Trump como próximo presidente de Estados Unidos. Los analistas y expertos auguraban prácticamente un crash en las bolsas. Sin embargo el panorama es completamente diferente: las bolsas europeas oscilan dentro de la normalidad y Wall Street abre al alza.
Las principales plazas europeas, Fránkfort y París, se han apuntado subidas y la bolsa española ha cerrado con un leve descenso del 0,4%, siendo de las más afectadas por la inestabilidad.
La mayor ‘estampida’ desde el Bréxit
En un primer momento, tras conocerse los resultados, las bolsas europeas se dejaron un 4%: el mayor batacazo desde el Bréxit. Fue una estampida momentánea de los inversores que se estabilizó a lo largo de la jornada alcanzando el cierre sin mayores consecuencias.
Eso sí, en las plazas asiáticas la posibilidad de que Trump llegara a la Casa Blanca ya había provocado una caída del 5,36 % en el Nikkei de Tokio y del 2,16 % en Hong Kong, además de la búsqueda de valores refugios como el oro o la deuda alemana por parte de los inversores.
El oro también frenó su escalada y al cierre de los mercados en Europa su repunte era sólo del 0,6 %, hasta 1.283,35 dólares/onza.
Inestabilidad sí, pero poca
En lo que sí coinciden la mayoría de los analistas es en una inestabilidad en el medio y largo plazo. La Reserva Federal estadounidense está pendiente, otra vez, de una subida de tipos que parece más cercana con Trump en el poder. También penden de un hilo algunos tratados internacionales que Estados Unidos mantiene en el aire. Entre ellos el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TTIP).
Por el momento, parece que se ha instalado una calma chicha relativa que podría esconder corrientes mucho más profundas.
Los mercados descontaban en los últimos días la victoria de Clinton, favorita en las últimas encuestas, sin embargo, el mensaje de Trump ha calado en los estadounidenses y su ascenso a la Casa Blanca ha sorprendido a los inversores, igual que sucedió cuando los británicos votaron «no» a la UE.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha explicado que siempre que hay alguna «sorpresa» así se genera una cierta volatilidad, que no ha sido excesiva, porque como apuntan algunos expertos el mercado se había ido preparando.