Está siendo un mal año para la surcoreana Samsung. La empresa tecnológica no acaba de zafarse de un escándalo para entrar en otro. El último, las sospechas de corrupción contra la empresa por supuestos tratos de favor con el Gobierno de Corea del Sur.
La fiscalía del país ha registrado este martes un escrito asegurando que Samsung podría estar implicada en un escándalo de tráfico de influencias. La presidenta del país Park Geun-hye es íntima amiga y confidente de Choi Soon-sil. La Justicia investiga si Ssamsung envió 2,8 millones de euros a una compañía a nombre de Choi en Alemania con el objetivo de financiar el entrenamiento ecuestre de su hija, de 20 años.
Supuestamente esta transacción habría servido para conseguir favores de Choi con la presidenta surcoreana. La propia Choi, a la que llaman la «Rasputina coreana» se encuentra bajo arresto desde la semana pasada mientras investigan sus cuentas. Se trataría de uno de los mayores escándalos de corrupción del país.
La maldición de la firma
La reputación de Samsung cae por momentos. Ya intentó salvar el escándalo de los móviles cuyas baterías se incendiaban, interrumpiendo todas las ventas. Además se apresuró a anunciar a bombo y platillo que devolvería el dinero a los afectados y cambiaría los Galaxy Note 7 por nuevos móviles a cualquiera que lo hubiese comprado.
Poco después algunas aerolíneas y servicios de seguridad prohibieron subir a los aviones con estos aparatos y Samsung tuvo que habilitar puntos de venta y cambio de dispositivos en los propios aeropuertos. Según anunció Samsung este modelo volverá a estar a la venta a partir del próximo 28 de octubre, pero puede que el daño ya esté hecho.
Dos millones de lavadoras
Esta misma semana la tecnológica volvió a salir a las portadas de todos los periódicos para decir que retirará 2,8 millones de lavadoras de su mercado estadounidense ya que pueden causar lesiones.
La firma había registrado 733 incidencias porque la tapa de la lavadora pueda desprenderse y dañar al cliente por el impacto.
La prueba de fuego
Puede que el escándalo de los Galaxy Note 7 haya levantado la veda en la prensa internacional y la exposición de Samsung sea mayor. Pero la prueba de fuego será sin duda la campaña navideña. Samsung verá en ese momento si estos escándalos han afectado a sus ventas al público o si por el contrario los consumidores siguen apostando por su marca.