La pequeña Caja de Ahorros de Onteniente, algo mas de mil millones de activos y menos 50 oficinas y 200 empleados, se haya inmersa en la renovación de sus órganos de gobierno paralizada durante meses, como muchas otras cosas, por el Covid-19. El actual presidente, Antonio Carbonell, parecía que dejaba el cargo pero por aquello de las cuitas políticas se lo ha pensado o se lo está pensando mejor.
Ya no quedan casi cajas de ahorros en nuestro ámbito geográfico, la última crisis se llevo por delante a muchas de ellas produciéndose la fusión de muchas de ellas y su conversión en bancos. La de Onteniente es de las pocas que ha sobrevivido y con ella la influencia y control político de sus órganos de gobierno. Recuerdo haber conocido algunos consejeros y miembros de la comisión de control de cajas de ahorros. Siempre me pregunté como serían sus discusiones en los consejos sobre estrategia, valoración de riesgos, estructura de activos y pasivos, uso de derivados, etc…
La de Onteniente con un beneficio de aproximadamente el 0,15% por mil sobre activos en el primer semestre de 2020 presenta una sensibilidad extrema a cualquier variación de su estructura de balance, tipos de interés o provisiones de riesgos. Mientras, los políticos disputando un partido ajeno en muchos casos en vez de pensar en idoneidad. Por cierto me gustaría ver como son los procesos de evaluación de idoneidad del Banco de España de los órganos de gobierno de sus entidades supervisadas. Ahora y antes.