La farmacéutica Bayer compra a la agroquímica estadounidense Monsanto. Ambas empresas han anunciado este miércoles el acuerdo, valorado en 59.000 millones de euros. Crean así la mayor compañía de semillas y fertilizantes del mundo: acaparará la mitad del comercio mundial de productos agroquímicos y fitosanitarios.
La alianza ha atraído la atención global, tanto por la polémica que suscitan los productos transgénicos en los que se especializa Monsanto, como por la concentración de poder que tendrá la empresa alemana con la anexión de la estadounidense. Del otro lado, decenas de premios Nobel han apoyado el uso de transgénicos para acabar con enfermedades en África.
Monsanto, la némesis de los ecologistas
Monsanto es una de las empresas más odiadas del mundo por los movimientos ecologistas. En 2013 se organizaron marchas y protestas en más de 40 países. Consideran que sus modificaciones de la naturaleza suponen un peligro para la salud humana, la de los animales y las plantas, y sobre el medio ambiente en general.
Los pleitos que ha mantenido durante años en los tribunales no han ayudado a mejorar su imagen. La biotecnológica ha llevado hasta el Tribunal Supremo de Estados Unidos a un pequeño agricultor que usaba sus semillas patentadas, resistentes a los herbicidas, hasta hacerle pagar los derechos a la multinacional. Así, los granjeros que usan su semilla tienen que pagar año tras año, al contrario de lo que ocurre con las semillas “naturales”.
Monsanto también aparece en la filtración que Wikileaks hizo sobre los servicios diplomáticos de Estados Unidos. Los “cables” dieron a conocer cómo el gobierno estadounidense presionaba a la Comisión Europea a favor de los intereses de la compañía. El ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero la apoyó en su momento. De hecho, en España se dedican unas 136.000 hectáreas al cultivo del maíz MON 810 que pertenecen a la empresa estadounidense.
Más de 100 premios Nobel son »pro» transgénicos
El pasado mes de julio, distinguidas voces de la ciencia entraban en el debate a favor del uso de los productos transgénicos: 110 premios Nobel de Medicina, Física o Química criticaban duramente en un comunicado a Greenpeace y a los gobiernos que se mostraban contrarios a los organismos genéticamente modificados. Según la carta de los Nobel, el empleo de estos alimentos podría erradicar determinadas enfermedades en las poblaciones más pobres de África y del sudeste asiático.
Entre los firmantes del documento se encontraba el descubridor de la estructura del ADN, James Watson; el descubridor del agujero de la capa de ozono, Mario Molina o el secretario de Energía de EEUU, Steven Chu. La epístola finalizaba con una frase directa a la conciencia de los integrantes de Greenpace: “¿Cuánta gente pobre tiene que morir en todo el mundo antes de que consideremos esto como un crimen contra la Humanidad?”