Los meses de julio y agosto han sido, como de costumbre, una sucesión de sobresaltos económicos. El Ibex 35 sigue moviéndose en horizontal, sin atreverse a despegar ni acabar de hundirse, pero sus constantes fluctuaciones nos han dado notables sustos y sorpresas tan agradables como este final de mes, que se ha cerrado como el mejor agosto conocido desde 1993, con una subida acumulada de más del 10%. Otra cosa ha sido la prima de riesgo, que no ha dejado de moverse en torno a los temibles 500 puntos, una cota que nos lleva a pagar la deuda a un precio que no nos podemos permitir.
Preocupado por nuestra deuda y por cumplir con Bruselas, Mariano Rajoy se ha sacado de la chistera la tercera reforma financiera de su legislatura, y sólo lleva diez meses… Esta vez, por fin aparece la figura del conocido como »Banco Malo», cuya idoneidad dependerá del valor que le de a los activos tóxicos de los bancos.
La reforma financiera forma parte del memorando de entendimiento acordado en mayo y que daba vía libre al crédito de 100.000 millones de euros para sanear nuestros bancos, crédito que quizás aproveche también el Gobierno para financiarse a buen precio. Claro que todo »favor» tiene sus contrapestaciones, y en este caso el Gobierno ya se había comprometido a recortar de donde pudiese y sobre todo, a recaudar más, es decir, a subir el IVA.
Esta subida de IVA, tema tabú en la campaña electoral, negada tres veces y hasta tres mil, acaba de entrar en vigor e implica que el tipo general pasa del 18% al 21% y el tipo reducido se eleva desde el 8% al 10%, aparte de cambiar la relación de productos que se encuentra en uno y otro. Al final, se estima que la subida supondrá 368 euros por ciudadano al año.