El semanario británico ‘The Economist’ afirma que las negociaciones del ‘Brexit’ requerirán de mucha diplomacia bilateral, y que las conversaciones de Reino Unido con España serán especialmente sensibles.
Las razones, recoge la publicación en su último número, son tres, pues al problema de la soberanía de Gibraltar y a las similitudes de Escocia y Cataluña, se une el estatus de los mayores británicos que viven en España y se benefician de la sanidad pública.
Así lo recoge en un artículo titulado ‘La parábola de Gibraltar’ publicado en su último número, en el que señala que las relaciones entre Gran Bretaña y España serán testadas en las conversaciones sobre el ‘Brexit’.
La publicación recordó los cruces de declaraciones entre el exministro José Manuel García Margallo y el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, después de que el primero reclamara la cosoberanía sobre el peñón y el segundo respondiera si es que desconocía el significado de la palabra “no”.
Además, apuntó algunos miembros del Gobierno de Mariano Rajoy vieron en el resultado del referéndum sobre el ‘Brexit’ una oportunidad para volver a reclamar Gibraltar de alguna manera.
ELOGIOS A DASTIS
Desde entonces, señala ‘The Economist’, el tono de España con respecto a Gibraltar se ha suavizado, ayudado por el nombramiento de Alfonso Dastis, un “pragmático de mentalidad europea”, como ministro de Asuntos Exteriores, y por la “presión” de un Gobierno andaluz preocupado por los efectos económicos en la zona de unas malas relaciones.
El semanario comenta que España no debería de exigir un control total sobre Gibraltar, pues puede enturbiar las conversaciones sobre el ‘Brexit.
En la negociación, explica, se requerirá mucha diplomacia y Gibraltar es sólo una de las tres patas de las problemáticas a tener en cuenta.
La segunda pata es el estatus de los británicos que viven en España, muchos de los cuales no están registrados, son personas mayores y cuya asistencia sanitaria, expone, pagan los contribuyentes españoles.
Por último, hace referencia a Escocia y a que Madrid es contrario a un trato especial para los escoceses que, ya que podría estimular a los catalanes, que quieren un referéndum de independencia este año.