Blankfein, hijo de un dependiente postal y una recepcionista, nació en el Bronx, Nueva York, en el seno de una familia norteamericana de origen judío. Estudió en Harvard, licenciándose en 1975. En 1978, obtuvo un Doctorado en Leyes por la Harvard Law School.
Más tarde pasó a trabajar como abogado para el bufete de Donovan, Leisure, Newton & Irvine. En 1981, empezó a trabajar con Goldman Sachs como vendedor de metales preciosos en su oficina de Londres.
En 2006, Blankfein cobró un total de 54,4 millones de dólares, convirtiéndose en uno de los ejecutivos mejor pagados de Wall Street. Su bono refleja su éxito en Goldman Sachs, banco al que ese año su trabajo reportó unas ganancias netas de 9.500 millones de dólares.
Goldman Sachs fue demandado el 16 de abril de 2010 ante el Congreso de los EE.UU. por la venta fraudulenta de una obligación de deuda colateralizada con hipotecas de alto riesgo, un producto que el banco había creado. Con Blankfein al frente, Goldman Sachs ha sido criticado “por los legisladores y expertos sobre cuestiones de prácticas de pago y por su papel de ayudar a Grecia a esconder el tamaño de sus deudas”.
Cuando Blankfein fue a testificar en una audiencia del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado, dijo que Goldman Sachs no tenía ninguna obligación moral o legal de informar a sus clientes que el banco estaba apostando en contra de los productos que la misma entidad les estaba vendiendo, ya que en ese momento Goldman Cachs no actuaba como fiduciario.
En noviembre de 2009, Blankfein declaró en una entrevista que, como un banquero, “estoy haciendo el trabajo de Dios”. Varios días más tarde, indicó que lamentaba ese comentario y que se trataba de una broma. También se disculpó en nombre de Goldman Sachs sobre “cosas que eran claramente erróneas y que hay razones para lamentar”, cosas -no especificó cuales- que habían contribuido a la creación de la crisis financiera. Acto seguido, Goldman Sachs anunció una iniciativa para apoyar a las pequeñas empresas de los EE.UU., comprometiendo 500 millones de dólares en ayudas.
Blankfein fue nombrado como uno de “los consejeros delegados más indignantes de 2009″ por la revista Forbes. Tomando una posición distinta, el Financial Times nombro Blankfein “Persona del Año del 2009”.