La calma parece haber llegado a los mercados. Según publica hoy el Wall Street Journal, “los mercados han caído en un patrón de placidez que amortigua el deseo de los clientes de realizar operaciones”, asegura el diario.
Tras la crisis financiera y el incremento de regulaciones, habrían limitado la capacidad de los intermediarios para asumir riesgos además de hacerlo más costoso. Como resultado, el dinero circula en otras direcciones.
Reflejo de esa caída de las operaciones son las oficinas de UBS en Wall Street. El área de inversión tiene capacidad para 1.400 empleados pero hoy, prácticamente no se oyen los gritos de los ‘traders’ al teléfono.
Otra gran firma como Morgan Stanley ha reducido en un 20%, desde 2010, el número de personas que emplea en esta área de negocio.
“Una recesión profunda en la actividad de comercialización en los mercados, desde las acciones a los bonos en divisas, está cambiando el rostro de Wall Street. Las empresas que una vez contribuyeron de forma desproporcionada a los ingresos de los bancos más grandes del mundo recortan empleos”, recalca el WSJ.
Así, según Boston Consulting Group, los ingresos por negociación de renta fija, divisas y materias primas han caído un 16% respecto a 2013, y un 23% desde 2010.
Los grandes bancos con grandes operaciones comerciales, como JP Morgan Chase, Goldman Sachs Group y Citigroup han publicado unos resultados en el segundo trimestre con caídas. Los inversores y analistas estar tratando de averiguar si la desaceleración es temporal o un cambio duradero”, asegura el diario.
Algunas empresas como Goldman Sachs Group y Deutsche Bank siguen apostando por el negocio porque creen que más adelante, los clientes volverán a los mercados. Entonces creen que aumentarán sus dividendos al aprovechar la actual retirada de algunos de sus competidores.