El Banco de España considera que el Gobierno debería acometer nuevas reformas del mercado laboral que incluyan la posibilidad de establecer remuneraciones por debajo del salario mínimo (actualmente fijado en 645,30 euros) para las personas con mayores dificultades de inserción laboral.
En su boletín anual, la entidad aboga por introducir “mecanismos excepcionales” que eviten que el salario mínimo “actúe como una restricción” para “grupos específicos de trabajadores con mayores dificultades para su empleabilidad”.
El Banco de España afirma que es necesario “mantener y profundizar el impulso reformador” sobre el mercado laboral con la adopción de “medidas adicionales” que promuevan la creación de empleo “a corto plazo” y “faciliten la flexibilidad en los salarios”.
Además de la referida al salario mínimo, la institución sostiene que también se deberían introducir “nuevas fórmulas” que permitan la desviación “temporal” de lo pactado en la negociación colectiva de forma “excepcional”.
Más moderación salarial
En cuanto a la evolución de los costes laborales, el Banco de España valora que se haya producido durante el pasado año una “profundización de la pauta de contención”, pero añade que es “fundamental” intensificar esta situación para propiciar la recuperación de la economía y del empleo.
En su opinión, la “consolidación” de esta trayectoria de los costes laborales es “crucial para que se empiece a generar empleo”.
“Resulta fundamental que la contención salarial intensifique su contribución al descenso de los costes laborales unitarios para asegurar una recuperación sostenible de la economía española”, señala el informe del regulador.
En esta misma línea, insiste en que la “profundización” en la contención salarial es “vital para acelerar la recuperación de las pérdidas de competitividad de la economía española” y sentar las bases de “un mayor crecimiento económico”.
Asimismo, el Banco de España apunta que el “elevado grado de deterioro” del mercado laboral impulsó un “mayor ajuste a la baja” de los salarios, y añade que esta tendencia se vio favorecida por la reforma laboral.
No obstante, a pesar de este proceso de contención de los salarios, la institución asegura que la competitividad del mercado laboral español “mantiene la brecha en niveles significativos” en relación con los principales países de la zona euro.
Sobre el impacto de la reforma laboral, el informe destaca que amplía las posibilidades de descentralización de la negociación colectiva, aumenta la flexibilidad interna de las empresas y “racionaliza” las condiciones para la extinción de contratos.
Sin embargo, apunta que la destrucción de empleo ha mantenido una tendencia “muy similar a la de antes de la reforma”, y que en la contratación “no se observan hasta ahora modificaciones relevantes de las pautas vigentes previamente”.
En cuanto a las cláusulas de salvaguarda para evitar las pérdidas de poder adquisitivo, el Banco de España valora que se está produciendo una “progresiva tendencia” hacia una menor utilización, pasando de un porcentaje de entre el 60% y el 70%, al 45% de trabajadores cubiertos por este tipo de mecanismos. De hecho, añade que en los nuevos convenios la presencia de cláusulas de salvaguarda ante la desviación de la inflación se reduce hasta el 33%.
En este sentido, el supervisor también subraya que deberían darse “pasos adicionales” para evitar que cuando pase la crisis se vuelva a la situación previa con una proliferación de cláusulas ligadas a la evolución del IPC.
Por último, el informe apunta que la limitación de la ultraactividad de los convenios colectivos y el hecho de que muchos de ellos pierdan su vigencia el próximo 7 de julio debería “facilitar la introducción de cambios de carácter más estructural en la negociación colectiva”.
También señala que los cambios introducidos en las prestaciones por paro “deberían contribuir a incentivar la búsqueda de empleo”.