Cara y de inspiración «futbolística». Así es la nueva sede del Banco Central Europeo en Frankfurt. Aunque su inauguración oficial se realizará el 18 de marzo, el próximo consejo de Gobernadores del jueves tendrá lugar desde la planta 41. Desde allí, el presidente del BCE, Mario Draghi, ya puede contemplar el »skyline» de la ciudad.
Los 2.600 trabajadores de la institución que dirige la política monetaria ya han terminado la mudanza. Los 991 nuevos contratados responsables de la estrenada «supervisión única europea» se quedan con las antiguas oficinas, en la Eurotower de Frankfurt con un alquiler cercano a los 200.000 euros al mes. Según Deutsche Welle se separan así físicamente, las dos distintas funciones del BCE.
El »estreno» de la nueva sede ya ha sembrado la polémica. Se han tardado 12 años en la construcción de dos torres gemelas, de 185 métros, realizadas con cemento, vidrio y acero. Su coste se ha disparado respecto al importe presupuestado, hasta los 1.200 millones. Según explican en el BCE, se ha debido al aumento en el mercado de las materias primas, y a la renovación de un edificio que se encuentra en su terreno: el Grossmarkthalle.
Se trata de un edificio de ladrillo rojo de 1920, que albergaba el mercado de frutas y verduras hasta 2004. Declarado monumento histórico, el sótano del edificio, fue utilizado por los nazis para retener a unos 10.000 judíos antes de enviarlos a los campos de concentración. Las habitaciones, con las angustiadas pintadas de los prisioneros, se ha conservado y convertido en un memorial.
Aunque la zona elegida, es la de un barrio poco elegante, Ostend, el precio del metro cuadrado ha ido en aumento. Wolf Prix, es el arquitecto austriaco responsable de la obra. Según explicó hace año y medio al semanario Der Spìegel, su admiración por el Barça de Guardiola y el juego de Messi lo inspiraron en el diseño.
Los que lo han visitado lo decriben como frío, funcional y moderno. De 45 pisos, el agua del inodoro es de «lluvia reciclada«, la calefacción o parte de ella, proviene al «reciclar el calor que emiten los ordenadores«, y hay un amplio gimnasio para los trabajadores. En el techo de la sala de la planta 41, hay una escultura casi abstracta que pretende representar a Europa. «La idea es representar a Europa como entidad sin necesidad de distinguir el país», ha explicado a varios medios su arquitecto.
Su obra, se ha convertido en el edificio más caro de todos los que pertenecen a instituciones de la Unión Europea, pero según el diario Le Figaro, se ha costeado con fondos propios del banco. A pesar de ello, los activistas del grupo Blockupy, por ejemplo, consideran insultante el coste.
Según la agencia EFE, el pasado fin de semana, unos 80 activistas ya entraron para tirar pintura y huevos. Unos 2.000, iniciaron una marcha hasta llegar al BCE, para terminar en enfrentamientos con la policía.
Los manifestantes contrarios a la gestión de la crisis de la zona del euro gritaron durante la marcha que el coste de la nueva sede del BCE, 1.200 millones de euros, ha sido malgastar el dinero «por la mierda de trabajo que hacen» en la entidad monetaria.
Blockupy prepara una nueva concentración para el 18 marzo, ese día la ciudad promete estar blindada.