Si Francia ha superado de largo las expectativas de los analistas con un crecimiento del 0,6% en el primer trimestre del año, Alemania las ha decepcionado. La primera economía de la zona euro ha crecido un 0,3% entre enero y marzo, mientras los analistas esperaban una tasa del 0,5%.
Los datos de la economía germana son decepcionantes, lastrados sobre todo por la menor aportación del sector exterior. La lectura más positiva de los datos de los tres primeros meses del año es el efecto positivo tanto del consumo privado como de la inversión.
El PIB de Alemania entre enero y marzo contrasta con la gran subida del 0,7% del útimo trimestre del año pasado. El Gobierno alemán prevé un crecimiento en 2015 del 1,8%, el mismo incremento que espera también para 2016.
Por su parte, la inflación interanual en Alemania se situó el pasado mes de abril en el 0,5%, frente al 0,4% del mes de marzo, lo que supone una décima más que el dato preliminar presentado a finales del mes pasado y el más elevado desde noviembre de 2014, según informó la oficina federal de estadística, Destatis.
Durante el mes de abril, el precio de los alimentos y las bebidas alcohólicas subió un 1,3% interanual, mientras que el precio de la energía para el hogar retrocedió un 4,7% y un 8,1% en el caso del combustible para automóviles.
De este modo, sin tener en cuenta el impacto negativo de los precios de la energía, el dato del IPC subyacente registró en abril un repunte del 1,2%.