El PSOE defiende la necesidad de crear un impuesto extraordinario sobre la banca, con el que estima se podrían recaudar unos 800 millones de euros anuales, según consta en su ‘Alternativa al Plan Presupuestario 2018 del Gobierno’.
Los socialistas explican que se trata de un sector que ha adoptado una “estrategia excesivamente arriesgada, colocándose en una situación muy vulnerable”. Para el partido que lidera Pedro Sánchez, se ha demostrado que es “mucho más perjudicial para la estabilidad económica dejar quebrar a los bancos que rescatarlos” y España ha destinado 77.702 millones de euros al rescate del sector financiero.
A todo ello se une que “como consecuencia de esta actuación pública y los cambios en la regulación, las entidades supervivientes tienen, en la actualidad, una mayor cuota de mercado, una mejor capitalización y unos balances saneados».
“Esta combinación de exposición al riesgo, provocación de actuación administrativa y obtención de un beneficio directo, justifica que la banca soporte una imposición superior a la del resto de empresas que operan en la economía”, se afirma en el documento, remitido a los miembros del Comité Federal junto con la convocatoria de reunión del máximo órgano federal entre congresos y al que ha tenido acceso Servimedia.
ACTUAR CON «PRUDENCIA»
El PSOE apunta que existen dos alternativas para gravar los beneficios de la banca: una contribución a la estabilidad financiera, existente en el Reino Unido, con un gravamen modelo Impuesto sobre Sociedades; o un impuesto a la actividad financiera, recomendado en informes del Fondo Monetario Internacional, con un modelo IVA.
La “prudencia” determina que se apueste por el primero de los modelos descritos, explica el PSOE, que lo justifica por la menor carga tributaria, ya que es un sector que aún presenta “debilidades” que pueden trasladarse al conjunto del sistema económico; y que es un gravamen más alejado del servicio prestado directamente al ciudadano y, por ello, con una traslación más difícil vía precios.
De esta manera, se trataría de un gravamen simple sobre el balance de las instituciones financieras, con el objetivo de garantizar que el sector financiero pague una proporción razonable de los costes directos asociados con la resolución de instituciones en problemas. El tipo de gravamen que propone el PSOE es del 8%, que se aplica sobre una base imponible similar a la del Impuesto sobre Sociedades, aunque aplicando algunas reducciones adicionales.
Para el caso de España, las entidades de crédito han declarado, en 2014, una base imponible de 10.403 millones de euros. Un impuesto de esta naturaleza podría proporcionar una recaudación anual de unos 800 millones de euros.
Los socialistas señalaron que, en todo caso, sería necesario que la medida se articulara como un impuesto separado de Sociedades, al objeto de que no se viera neutralizada por los créditos de impuestos de los que es titular actualmente la banca.
IMPUESTO SOBRE TRANSACCIONES FINANCIERAS
Por otra parte, el PSOE propone un Impuesto sobre Transacciones Financieras, en línea con lo impulsado en otros países de la Unión Europea, como es el caso de Francia.
La idea, se expone en el documento, es “desalentar la especulación financiera, que es la causa de la crisis financiera de 2008, y conseguir que el sector financiero contribuya más a los esfuerzos de recuperación de las finanzas públicas”. Esta iniciativa podría proporcionar en España una recaudación adicional de 800 millones de euros anuales.
En el pasado 39 Congreso Federal, celebrado en junio tras la victoria de Pedro Sánchez, el PSOE aprobó su resolución en la que apostaba por “la creación de un sector de banca pública, dirigida a garantizar el crédito para inversiones a largo plazo, y otro de banca cooperativa y social”.
Además, en dicha resolución que debe marcar la línea política del partido, ya se apostaba por la «creación de la capacidad fiscal de la eurozona, sostenida sobre los beneficios del BCE, el impuesto a las transacciones financieras y una fracción del impuesto de sociedades, para la financiación de inversiones anticíclicas y de un seguro europeo de desempleo».