Ángel di María ha pedido perdón a Ancelotti y sus compañeros por el comportamiento que ha tenido en las dos últimas semanas y en el que ha puesto en riesgo el buen ambiente del vestuario, además de eclipsar el sobresaliente trabajo que ha realizado el equipo en la fase de grupos de la Champions. El argentino ha reaccionado y quiere volver a demostrar a Florentino, Ancelotti, sus compañeros y los aficionados que es un futbolista comprometido. Le han servido dos gestos para certificar su cambio de actitud. El primero se produjo el lunes cuando se conoció el emparejamiento contra el Schalke 04 para los octavos de final de la Champions. Di María, que se prodiga poco en las redes sociales, subió una fotografía en su cuenta de Instagram en la que aparecían todos los enfrentamientos y escribió el siguiente mensaje: ¡Hala Madrid! que iba acompañado de una bandera de España. El segundo gesto y que sirve ya para confirmar su cambio de actitud fue jugar el partido contra el Olimpic de Xátiva en el Bernabéu con la intensidad, ritmo y ambición a la que nos tiene acostumbrados.
Hay un detalle que no puede pasar desapercibido. Los compañeros le dejaron al argentino lanzar el penalti que significó el segundo gol contra el Olimpic de Xátiva. Fue un penalti que provocó Morata con un remate de cabeza que detuvo un defensa con las manos. Morata también está necesitado de hacer goles y aprovechar estas oportunidades para coger cofianza y, de alguna manera, ponérselo difícil al entrenador. También había otros especialistas en el campo como Isco y Jesé. Pero le cedieron el balón a Di María, que marcó con algo de fortuna porque Francis, el portero, llegó a desviar el balón. Di María celebró el gol con otra cara bien distinta a la que mostró en Copenhague y Pamplona cuando se le vio apenado e insatisfecho. Necesitaba este tanto para pedir »perdón» a los aficionados y así lo entendieron sus compañeros. Las cámaras de televisión captaron, en el momento en el que entró el balón, cómo resoplaba Ancelotti mirando a Zidane en un gesto que era una mezcla de alivio y sufrimiento.
A Ancelotti y Zidane no le gustó nada cómo realizó el calentamiento en el partido contra Osasuna en El Sadar el pasado sábado. El equipo necesitaba chispa, reacción y nervio y el argentino mostró pasividad en sus ejercicios. Casillas le tuvo que animar para que reaccionara. Luego, en el terreno de juego, no tuvo acciones que comprometieran al rival. Di María, con su actitud, estaba perjudicando al equipo y así mismo. Y esto es lo que también le han dicho los capitanes y Cristiano Ronaldo al argentino. Ha reaccionado y ante el Olimpic de Xátiva se ha vuelto a ver su versión más profesional.