El estadio del Arsenal amaneció adornado con una inmensa flor roja con el centro negro. La misma que pudo verse en la solapa de José Mourinho, en la de Harry Redknapp, en las de miles de hinchas en las gradas de cualquier campo inglés, en el pecho de los jugadores de casi todos los equipos de la Premier League que saltaron al césped y hasta en los solemnes uniformes negros de los árbitros. Todo se debe a una histórica tradición, con mucho de recuerdo y solidaridad.
La florecita en cuestión es una amapola roja, conocida por todos en el Reino Unido como »poppy», y es el símbolo que se utiliza desde 1921 en las Islas (y otros países del mundo) para recordar a los soldados caídos en combate. Por eso, los monumentos dedicados a los muertos de las distintas guerras suelen estar siempre adornados con poppies. Pero cuando empieza noviembre, casi todos en Inglaterra se ponen el distintivo en el pecho, porque el 11 se celebra el Remembrance Day («Día del Recuerdo»), en conmemoración al fin de la Primera Guerra Mundial (el Tratado de Versalles se firmó ese día de 1918). Y esta ocasión es más especial que nunca, porque se cumplen cien años del comienzo de aquel conflicto bélico.
Los »poppies »que usaron los distintos equipos de la Premier tenían debajo escrita la leyenda «1914-2014, Football remembers» (el fútbol se acuerda).
La movida también sirvió para sumarse a una campaña solidaria. Porque en las semanas previas al 11, que popularmente se conoce como Poppy Day, la Legión Real Británica organiza una colecta en todo el país para juntar fondos para los veteranos de guerra, en la que a cada persona que realiza una donación monetaria se le entrega una amapola roja de papel para que se ponga en la solapa.