Daniel Rojo, apodado como »El Millonario», fue el guardaspaldas de Leo Messi durante dos años tras ser contratado por el Barcelona. Éste ha contado en una entrevista a »La Gazzetta dello Sport» sus vivencias trabajando para el club catalán, en las que no sólo se dedicó del cuidado del diez azulgrana.
«Comencé a trabajar para el Barcelona en 2006, cuando Rijkaard era entrenador. El club me mandaba a recoger jugadores que habían bebido demasiado y no estaban en condiciones de conducir. Una vez me encontré con un jugador que estaba teniendo sexo oral con dos hermanas en la zona VIP de una discoteca. ¿Pero qué podía decir Rijkaard si tampoco era un ejemplo de comportamiento?», señala Rojo.
El guardaspaldas señala que tiene un buen recuerdo de Messi: «Un día me mandaron a recogerle tras un entrenamiento. Messi es un chico humilde y cuando comía se sentaba siempre a mi lado y yo le contaba mi vida. Él no tenía mucho que contar, en su vida no había hecho otra cosa que entrenarse y jugar al fútbol». «También le prohibían salir con las chicas, solo ahora está descubriendo lo que significa vivir. Ya no me ocupo de ellos desde hace un par de años pero de vez en cuando quedo con ellos. El año pasado me fui a ver un partido del Barcelona junto con un amigo y me crucé con Leo, que estaba acompañado por dos chicas guapísimas. Luego descubrí que una era su novia, Antonella, y la otra la mujer de Mascherano y me fui a cenar con ellos. Al final Leo me acompañó a casa con su coche. Él conducía y yo me senté detrás», añade.
Y es que trabajar en el Barça para él era un empleo más sencillo que el que realizaba anteriormente: robar bancos. «Seguramente es más fácil ocuparse de un futbolista que robar un banco», comenta. Algo de lo que el propio Rojo se considera un experto: «Llegué a robar hasta cinco bancos a la semana, unos 500 en toda mi carrera. Era como un arte para mí. Era como en el fútbol: te haces mejor entrenando, haciendo ejercicio y te conviertes en un profesional».