La primera parte de los entrenamientos libres del GP de EEUU han servido para que los equipos prueben las novedades de cara al año 2015. La temporada está a punto de terminar y solo los Mercedes pelean por ganar el campeonato. Solo Ricciardo tiene opciones remotas, pero de cualquier forma, los equipos buscan mejorar pensando en el futuro.
Uno de los cambios más notables, como era de esperar, se ha visto en Ferrari. El monoplaza presentó una suspensión trasera renovada para tratar de minimizar la falta de agarre en los neumáticos traseros, de lo que se han quejado amargamente Alonso y Raikkonen durante toda la temporada. Tal era el problema de agarre que en Ferrari se vieron obligados a disminuir el par, con lo que disminuían todavía mas los caballos del monoplaza.
Según la información que publica la web italiana Omnicorse, han llevado a cabo un ajuste de los puntos de fijación de la parte superior del brazo para mejorar el agarre de los neumáticos al asfalto. Esta mejora podría utilizarse incluso en estas últimas tres pruebas para probar su rendimiento en carrera, pero aún no es nada oficial.
No es la única novedad en Ferrari, que ha instalado una pieza sobre el morro con una intención que no ha dado a conocer por el momento, pero podría tener alguna relación con la visión del piloto.(Foto Twitter @VictorM_F1)
Más novedades
Lotus cambio su tipo de morro para probar la aerodinámica, aunque el modelo que salió a la pista no sería homologable a día de hoy. Maldonado aseguró en las horas previas que «no tenemos una varita mágica para cambiar un coche que ha presentado fallas, problemas, sea cual sea el motivo. Estamos trabajando desde hace algunos meses a pleno rendimiento con el coche del año que viene, el cual estoy bastante seguro que va ser mucho más competitivo», sostuvo. También probó Adrian Sutil un nuevo morro para la escudería Force India.
Además, la sesión dejó el estreno del coche seguridad virtual, la nueva herramienta en la que está trabajando la FIA para reducir el peligro cuando ondean las banderas amarillas, después del grave accidente que sufrió Jules Bianchi en Japón. Con el tiempo cumplido, Rosberg fue el encargado de probar esta novedosa iniciativa que obliga a los coches a reducir su potencia a un 35 por ciento del total.