El Real Madrid tiene el vuelo del líder. El de un equipo que se siente seguro de lo que hace, que sabe a lo que juega sea quien sea el rival y que es capaz de hacer más de veinte ocasiones de gol en un partido. Ese vuelo quedó plasmado con el salto de Cristiano Ronaldo para rematar un balón aéreo en un saque de esquina en el minuto 10. El portugués se elevó como un gigante para desatascar el sistema defensivo del equipo de Caparrós. Es otra prueba más del potencial del equipo blanco. Se le pueden tapar los caminos, cerrar espacios, incomodar a sus centrocampistas para que no repartan juego, pero aparece un tipo como Cristiano para rematar un balón y romper todas las tácticas defensivas. Un excelente cabezazo que sentenció a un Levante disciplinado, organizado, generoso en el esfuerzo, pero rácano en ataque.
Este Real Madrid no duda como el Barcelona. Hay diferencias claras. El equipo de Ancelotti tiene hambre, ilusión, motivación, energía y fútbol. El del ‘Tata’ adoleció de todo esto en Valladolid. Messi y Neymar, sus estrellas, no juegan con las misma ambición que lo hacen Cristiano Ronaldo, Benzema y Bale. La actitud con talento es un ‘arma de destrucción masiva’ y en esto le supera el Real Madrid al Barcelona, que ahora le saca cuatro puntos de ventaja. Aguanta el carácter irreductible del Atlético, que tiene mucho mérito y que es una opción clara a pelear el título.
El Real Madrid se acabó comiendo al Levante porque sus dos laterales, Carvajal y Marcelo, confirmaron lo que demostraron en el derbi. Son más desequilibrantes que Arbeloa y Coentrao. Carvajal y Marcelo (metió el segundo gol al Levante) fueron dos atacantes más en un partido demasiado atascado por el centro del campo. Con esa profundidad le hicieron daño al equipo de Caparrós y le crearon muchos problemas.