Alonso busca un milagro, no entregar en bandeja el Mundial a Sebastian Vettel. El piloto asturiano, si acabase la carrera tal y como la empieza, no sumaría puntos, con lo que el piloto alemán tendría pista libre para hacerse con su cuarto mundial. Correría sin riesgos y con la calculadora en la mano de aquí a final del campeonato.
Una de las esperanzas a las que se tiene que agarrar Alonso es que Mercedes no es un rival directo y su doblete en la calificación puede ayudar a ‘robar’ puntos a Red Bull.
Pero esto sólo funcionará si el asturiano ‘hace los deberes’ y remonta posiciones, porque si no lo hace, Mercedes pasará a ser un nuevo rival para el asturiano. El primero de los deberes será colocarse delante de Kimi Raikkonen, tercero en la general y que tampoco ha hecho una buena calificación. El finlandés sale noveno. Parece que los ‘cambios de look’ no traen suerte, porque Alonso se ha dejado bigote y Kimi se ha cortado el pelo a lo mohicano, con una cresta y rapado en los lados.
Los coches alemanes realizaron ya unos libres impecables, con Nico Rosberg primero en las tres sesiones. También en la Q1, Rosberg se colocó con el mejor tiempo. En la segunda fue Vettel el ganador, pero sólo fue un susto. Los Mercedes se impusieron sin despeinarse en la Q3, pero esta vez fue Hamilton el que se colocó por delante de su compañero.
Sólo con ver cómo conducían los de Mercedes, se sabía que la »pole’ iba a ser para uno de los dos. El coche tenía un gran agarre, una tracción que hacía que Rosberg no rectificase mucho y que Hamilton no tuviera que hacer sus clásicas frenadas con bloqueo de ruedas. No le hacía falta porque el coche respondía. Después de esta jornada, se vuelve a avivar la polémica de los test secretos. La FIA sólo les reprendió, pero el equipo alemán sólo necesitó usar un juego nuevo de neumáticos. Lo cual demuestra que ya saben cómo iban a funcionar los nuevos compuestos. Y esto lo aprendieron en esos famosos tests.