A Ferrari se le hizo de noche, pero no porque anocheciera sobre Bahréin, sino porque volvieron los problemas a la ‘Scuderia’. El coche de 2014 tampoco anda y se ha visto en los tres Grandes Premios de la temporada. Parece que las mejoras que se apreciaron en los libres-donde Alonso llegó a ser tercero detrás de los Mercedes- fueron uno de esos espejismos tan comunes en el desierto. No había maná, solo falsas esperanzas.
Alonso espera que llegue cuanto antes China, o mejor dicho, el tiempo de descanso entre este Gran Premio de Bahréin y la llegada a Asia del ‘Gran Circo’ para revisar el coche de arriba abajo, detectar los problemas y ponerles una solución. Es increíble que con todo el trabajo e ilusiones que se habían puesto en el F14-T estemos en esta situación. Se repiten las clasificaciones del año pasado y las decepciones, lo único que cambia es el enemigo. En 2013 era Red Bull y este año es Mercedes.
Alonso sale al lado de Vettel, pero no como nos hubiera gustado, lo hace desde la quinta fila. Fernando fue el último en el cronometraje de todos los pilotos que luchaban por la ‘pole’-los diez que quedan después de los cortes en la Q1 y en la Q2-. Solo la sanción de Ricciardo, penalizado con 10 posiciones la pasada semana hace que Alonso avance un puesto. El australiano quedó tercero en la última sesión cronometrada, pero saldrá en el puesto decimotercero. Ha acabado arriba en las tres clasificaciones y resulta paradójico que no lleve ningún punto por culpa de las sanciones.
El asturiano pasó bien las dos primeras rondas rodeado por los motores Mercedes del propio Mercedes, McLaren, Williams y Force india-Sergio pérez fue cuarto con este equipo-. Bottas y Massa recobraron las nuevas sensaciones y el equipo británico de Button-que fue sexto- y Magnussen-que fue octavo– espabiló en la Q2 y acabó llegando más arriba en la Q·. Sin embargo, Ferrari falló en la Q2 con una mala elección de neumáticos -Alonso salió a pista con gomas usadas- que tuvo que corregir sobre la marcha.