Cristiano Ronaldo volvió a demostrar en El Madrigal que es uno de los futbolitas más veloces del mundo. En el gol que marcó al Villarreal, el segundo de su equipo, en una jugada de contraataque, exprimió su potencia en carrera hasta superar la barrera de los 33 km/h. Esta es la velocidad, según los médicos del Real Madrid, que indica si el portugués está en su plenitud. Ha puesto su cuerpo al límite y no le ha fallado. Hace unos días, el propio futbolista manifestaba que le quedaba poco para recuperar su mejor forma física y le comentaba a los médicos y a Ancelotti que necesitaba recuperar su punta de velocidad.
El carrerón que se metió en Villarreal fue impresionante. James robó un balón, lo envió largo hacia Benzema y Cristiano Ronaldo no se lo pensó. Arrancó como una bala para llegar hasta el punto de penalti y esperar el pase de Benzema. Llegó, frenó y disparó. A la explosividad le añadió efectividad y eso indica también lo bien que se encuentra y las sensaciones de poderío que transmite.
Cristiano Ronaldo ya no siente molestias en el tendón rotuliano ni en el bíceps femoral de la pierna izquierda. Unas molestias que tantos problemas le dieron en los últimos partidos de la temporada pasada, en especial en la final de la Champions, donde jugó tocado, y en el Mundial. En Brasil jugó más por orgullo, por defender a su país, cuando los médicos le aconsejaban que no forzara porque se podía buscar una lesión más grave. Descansó tras la Copa del Mundo y volvió a forzar para jugar la Supercopa de Europa, el 12 de agosto en Cardiff contra el Sevilla, y sin apenas haber realizado entrenamientos de pretemporada. Este sobreesfuerzo le llevó a jugar en malas condiciones los partidos de la Supercopa de España ante el Atlético de Madrid. Decidió parar, no ir con su selección y seguir con su particular pretemporada.
Hoy vuelve a estar en perfectas condiciones. Lo dicen los médicos y sus sensaciones. También los goles. No solo por cómo corre y la velocidad que alcanza sino otras acciones en las que ha marcado tantos de cabeza elevándose de forma espectacular por encima de sus rivales. Ha alcanzado una altura en el remate que supera los 2,6 metros. El tanto de Riazor fue una exhibición de salto en estático. Ahora el gol al Villarreal descubre al mejor Cristiano Ronaldo. Ya se le vio ante el Elche cuando, en el minuto 92, arrancó desde el centro del campo, en otra acción de máxima velocidad, para llegar a marcar el quinto gol. Cristiano Ronaldo vuelve a estar en su plenitud.