El duelo Cristiano Ronaldo-Messi se está perdiendo esta temporada. En los cuatro años anteriores, desde que llegó el portugués al Real Madrid en 2009, el pulso entre estas dos estrellas marcaba el ritmo de la competición. Lo que hacía uno encontraba respuesta en el otro. Si Messi marcaba dos o tres goles no tardaba Cristiano en hacer lo propio y viceversa. Era una tónica ver cómo se retroalimentaban estos dos futbolistas que compiten por ser los números uno del mundo, por marcar más goles, dar más asistencias y hacer la jugada más espectacular. La rivalidad entre el Real Madrid y el Barcelona se había personificado en el duelo entre Cristiano Ronaldo y Messi. Pero hoy este combate individual pasa por uno de sus peores momentos. Cristiano Ronaldo se está mostrando superior a Messi.
Este es uno de los motivos principales que marcan las diferencias que existen hoy entre el Real Madrid y el Barcelona. Sus dos estrellas están a un nivel diferente y mientras uno, el portugués, se exhibe en el campo con un forma física envidiable, el argentino flaquea. Cristiano Ronaldo está teniendo más regularidad en su juego, haciendo goles, disparando a portería y se le ve con más energías. A Messi le faltan »gasolina» y vitaminas. La última imagen en el amistoso que jugó Argentina en Bucarest con Rumanía, en la que se le vio nuevamente vomitando en el campo, encendió las alarmas. En Valladolid se confirmó que arrastra problemas físicos. No corrió como en él es costumbre. Apenas se desmarcó, pidió el balón e hizo esas jugadas con carreras explosivas que le valen para ganar él solo un partido. Sus disparos a portería fueron menos eficientes que en otras ocasiones. Tuvo cuatro y todos fueron centrados. No sorprendió al portero Diego Mariño, no buscó las esquinas como suele ser costumbre en sus lanzamientos y le faltó pedir más la pelota.
Messi encontró la respuesta de Cristiano Ronaldo en el partido contra el Levante. El portugués tardó diez minutos en marcar el primer gol de su equipo. El tanto es un ejemplo de cómo se encuentra. Un salto poderoso, elevándose por encima de la defensa granota, le permitió cabecear un balón con potencia y lo picó para que le fuera imposible detenerlo a Keylor Navas. Una acción llena de energía que contrasta con lo que hizo Messi en Valladolid. Luego Cristiano siguió corriendo durante todo el partido para hacer más goles y para darlos. Le dio una asistencia a Marcelo en el segundo tanto. Keylor Navas le sacó dos balones de gol y estrelló un balón en el larguero después de otro enorme cabezazo.