Para analizar el rosotr del mejor portero español de la historia, o al menos, del que mejores ratos ha hecho pasar a la afición española con sus paradas con la Roja hacía falta el mejor. Para hablar del rostro del capitán en el día en el que la pesadilla de la suplencia volvía cuando creía que estaba superada. Con más de treinta años, Casillas tendrá su declive, pero el banquillo le ha llegado antes de lo que él pensaba. Como señala nuestro experto, está preocupado, dolido, pero tiene capacidad para salir adelante. Por seguir compitiendo con otro gran portero como Diego López.
Para analizar la instantánea de Casillas, Teinteresa ha querido contar con Luis Ángel Santacruz, uno de los mejores expertos en Grafosicología y Linguïstica Forense de España. También capaz de analizar lo que refleja un rostro. Diplomado por la Asociación Nacional de Expertos en Grafística y Documentoscopia. Máster por la Universidad Autonónoma de Madrid, su labor ha sido requerida para algunas de las investigaciones más trascendentes de este país. En el 2006 le fue concedida la Cruz al Mérito Policial con Distintivo Blanco por su colaboración profesional. En el año 2010 le fue otorgada la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil (Orden de 30 de septiembre de 2010) también por su colaboración profesional.
Teinteresa.es muestra la de Casillas en el banquillo. ¿Qué esconde esa cara más allá de las evidencias? ¿Qué transmite de la personalidad de la persona? Santacruz se ha enfrentado a test semejantes en cuestiones más peliagudas y no duda: «Los labios está apretados, los pómulos están rígidos, los ojos bajos, sin expresividad, no miran a nada. Piensan. Estamos ante una persona que asimila un duro golpe y que se guarda para sí lo que piensa. Una persona que está en sus pensamientos, que piensa antes de hablar en los pros y los contras, pero que ahora está en una situación extrema. Como si se mordiera la lengua».
Los rasgos demuestran que estamos ante «una persona tan orgullosa como noble, a la que no le gusta ser el centro de atención, a la que le cuesta ser un líder aunque tenga capacidad para serlo. Una persona inquieta a la que estar quieto, sin intervenir en su trabajo, le genera incertidumbre, dudas, angustia. Y su rostro indica que puede estar cerca de estallar, pese a que sea un tipo sereno y que se guarde las cosas más que expresarlas. No es capaz de decir lo que quiere decir. O cree que no es conveniente. Y piensa. Medita», señala el experto.
En el calentamiento Casillas se tomó su suplencia con una ironía: «Me queda el Bernabéu». Tras vez sea el preludio de la tormenta, aunque como señala Santacruz (www.periciacaligrafica.es), el capitán se lo pensará mucho antes de enseñar los dientes. Esos que en esta foto no se ven, que están atrapados en una boca rígida.