Xavi Hernández e Iker Casillas llevan algo más de quince años demostrando que jugar en equipos que tienen una rivalidad histórica como el Barcelona y el Real Madrid no está exento de mantener una magnífica relación. Y es que han demostrado que cuando el balón rueda pueden ser rivales, pero cuando suena el pitido final del partido todo lo sucedido en el terreno de juego se queda ahí y prosigue una bonita amistad.
Ésta comenzó cuando ambos tenían 15 años, ya que desde pequeños han jugado en las categorías inferiores de la selección española y, por tanto, han vivido fracasos y éxitos juntos.
De hecho, el primer gran título que lograron los dos futbolistas en sus respectivas carreras fue el Mundial Sub 20 celebrado en Nigeria en 1999. De aquella época en la que jugaron en las categorías inferiores de la selección española Casillas suele llamar a Xavi de manera cariñosa »Pelopo», por los rizos que se le forman al azulgrana en el pelo.
La primera vez que los dos jugadores se vieron las caras en Primera División fue el 26 de febrero del año 2000. Fecha en la que el Real Madrid goleó por tres a cero al Barcelona. Casillas fue titular aquel día, mientras que Xavi saltó al campo en la segunda mitad tras sustituir a Winston Bogarde.
Desde entonces las carreras de ambos jugadores no han parado de crecer. Los dos son capitanes de sus respectivos equipos y tienen y suman entre los dos más de 250 intercionalidades, ya que han sido clave en la actual época de gloria que vive España que le ha llevado a ganar Eurocopa, Mundial, Eurocopa de manera seguida; algo que no había sucedido hasta entonces.
En 2011 la alta tensión que se vivió en los números partidos que enfrentaron a Real Madrid y Barcelona pareció poner en peligro su amistad.Sin embargo, son muchos años juntos como para que una rivalidad entre sus respectivos equipos acabe con una amistad que se ha fraguado hace más de quince años.
Por ello, Iker no dudó en llamar a su amigo ‘Pelopo’ para solucionar todas sus discrepancias, y es que para ellos el fútbol es importante, pero su amistad mucho más, ya que ésta no entiende de colores.