«Es una pasada (ganar tres oros), además contra la rusa, que es una grandísima amiga mía. Las dos nos hemos dicho que no esperábamos llegar a la final, y hemos dicho que el oro y la plata nos la repartíamos porque estábamos muy contentas de llegar a la final», señaló Herrera tras su éxito.
La andaluza recalcó que el primer combate ante la mexicana Ruvalcaba fue «el más duro». «Era casi una final, y ella tiene un judo de un gran nivel y ha sido un combate durísimo, y con la china ha sido igual de complicado porque iba muy agresiva, pero al final poniendo cabeza y la experiencia que tengo, que es mucha porque llevo 20 años haciendo judo, he podido pasar a la final», apuntó.
En la final, fue agresiva en todo momento. «Soy así, soy una persona que no defiendo, me defiendo atacando, no estudio a mis rivales, porque cuando salgo al »tatami» soy muy combativa y doy lo que tengo dentro», comentó.
Además, tuvo que esperar una hora más de lo previsto, algo que controló después de haber hecho «muchas competiciones». «Sé como funciona mi cuerpo y mi mente, lo llevo natural, como parte de una competición que es una hora de espera y cinco minutos de la máxima intensidad física. Eso supone mucha concentración y entrenamiento», advirtió.
«No lo esperaba (ganar tres oros), pero lo deseaba. A la gente a la que admiraba eran los chicos del equipo nacional que iban a Barcelona y Atlanta, se me metió la cosa de que algún día pisaría un »tatami» olímpico y lo he pisado tres veces», prosiguió Herrera.
De todos modos, la malagueña no llegaba bien después de un mal Europeo. «No soy como Bolt que salta a la pista y se come todo, necesito preparar las cosas, entrenar muchísimo, tener la mejor puesta a punto para llegar en la mejor forma de mi vida y no siempre lo consigo, pero cuando llega el momento de los Paralímpicos sé que tengo que hacerlo, aunque me duela el cuerpo, tenga que viajar mucho, dejar a mi gente y vivir en la Blume. Esto son los Juegos, lo máximo a lo que puede llegar un deportista», aseveró.