Bélgica vuelve a un Mundial 12 años después. Su última cita mundialista fue el Mundial de Corea del Sur y Japón de 2002. En aquella ocasión, cayó frente a Brasil-que acabaría siendo campeona del Mundo- en octavos de final tras quedar segunda de grupo. Lejos quedaban los tiempos de Michel Preud’homme, en los que Bélgica era más habitual en los campeonatos internacionales. Este legendario guardameta se convirtió en uno de los mejores del Mundo en 1994. El actual entrenador del Brujas fue nombrado mejor portero en 1988, 1989, 1990, 1991 y 1994. Y ganó el Premio Lev Yashin al mejor portero del Mundo en 1994. Tras el Mundial de Estados Unidos, media Europa se lo ‘rifaba’.
La selección belga, conocida también como ‘los Diablos rojos’ selló su clasificación gracias a su victoria por 1-2 ante Croacia, que se complica su clasificación. Tras mucho tiempo ausente, a Bélgica le ha pasado, salvando las distancias– lo que el pasó a España en 2008, que ha juntado a una gran generación de jugadores que han dado más fuerza a la selección.
Ahí tenemos a Courtois, portero del invicto Atlético de Madrid y uno de los Zamora de la liga, Van Buyten, Vertonghen, con experiencia en defensa en las grandes Ligas europeas. También forman parte de esta selección jóvenes con talento como Fellaini, fichado por el Manchester el pasado verano para reforzar su centro del campo y Hazard, una de las revelaciones del fútbol continental con tan solo 22 años. Juega en el Chelsea de Mourinho.
Pero sobre todo un joven delantero que en su día sonó para el Real Madrid, Lukaku. Su doblete en el último encuentro ante Croacia dio a Bélgica el billete para Brasil. El delantero de 20 años pertenece al Chelsea, pero ahora está cedido en el Everton y es que Torres y , sobre todo, Eto’o le cierran el paso y el club londinense no quiere cortar su progresión.
Bélgica llega a Brasil dispuesta a ser una de las revelaciones del campeonato con su juego alegre y vistoso y sobre todo con su velocidad. Va a ser sin duda un rival incómodo para cualquier selección. Ha hecho una fase de clasificación impoluta con 8 victorias y un empate ganando a clásicos ‘huesos’ duros de roer como Croacia y Serbia.