Tras la sorprendente -aunque anunciada horas antes- dimisión de Sandro Rosell y la más que convulsa situación por la que pasa el FC Barcelona, desde la Ciudad Condan analizan el presente y el futuro de la entidad. La falta de transparencia es la seña de identidad en todas las opiniones.
Desde el Mundo Deportivo no ven futuro a la interinidad
Xavi Muñoz apunta que Rosell «podría haber intentado aguantar un poco más. Una institución tan grande como el Barça requiere tragarse ‘sapos’ tan grandes como éste. No siempre viene las cosas se cara».
«Habrá quien vea la decisión valiente y quien la vea cobarde. Dimitir en este país es un verbo díficil de conjugar», asegura.
No tiene claro el futuro del proyecto y es que en su opinión «es muy prematuro decir que Bartomeu estará hasta el 2016. Si tuviera que apostar diría que no. Hay un ambiente muy enrarecido y la interinidad no suele ser muy larga»
En el Sport achacan falta de «transparencia«
Para Dídac Pyeret, «Rosell se ha explicado mal en el ‘Caso Neymar’, algo que viene siendo una costante. Presume de confidencialidad, pero cuando más escondes más respuestas se buscan. Ha faltado transparencia»
Su dimisión se debe en gran medida a que «Rosell no quería ser un presidente imputado sin finalmente tenía que declarar. Es algo que se ha tratado en la junta extraordinaria. Ahora hay que esperar porque el socio demandante se querellará contra Bartomeu».
Sobre el nuevo presidente nos explica que «se le tiene aprecio en el Camp Nou, porque es una persona prudente en sus formas. Ha sido un hombre clave en decisiones importantes y no está quemado mediáticamente».
Para La Vanguardia, la dimisión «era inevitable»
Xavier García Luque asegura que la situación de Rosell se complicó desde que «se negó a dar explicaciones». En Barcelona «la gente cree que no hay delito, si no la construcción de un contrato complicado como los que se realizan ahora en los grandes fichajes europeos o como el que hubiera hecho el Madrid para fichar a Neymar. Ni siquiera el querellante cree que Rosell se haya quedado con dinero».
Además, apunta que «Rosell seguiría ahora mismo en el cargo si hubiera habido transparencia. Hay más sospechas de que ha mentido a los socios que de haber cometido un delito. El problema es la convicción».
Llegado a este punto la dimisión «era inevitable. Un presidente del Bará no puede estar bajo sospecha. El proceso todavía no ha terminado. Bartomeu en principio será añadido a la demanda y estaría en la misma situación, en peligro inmediato, porque en casos idénticos, situaciones idénticas. Es duro especular ahora sobre el futuro, pero ‘pinta’ complicado».