Los All Blacks, la selección de rugby de Nueva Zelanda y máxima representación en este deporte del país, son el equipo de rugby internacional más exitoso de todos los tiempos. Con un porcentaje de victorias del 77,1% a lo largo de 552 partidos internacionales (1903-2016), destaca como uno de los más prolíficos equipos en cualquier deporte.
Convertida en un icono de este deporte en todo el mundo, los All Blacks también están considerados ejemplo de integración racial y cultural, que transmiten valores de unidad, amistad, solidaridad y deportividad. Ha contribuido a la unidad de neozelandeses de diferente origen, simbolizado en la haka –danza tribal maorí–, vínculo con sus raíces y su patrimonio ancestral, que recrean antes de cada partido.
Varios de los integrantes de esta famosa selección subrayaron la necesidad de inculcar estos valores, «que van más allá del deporte», en la rueda de prensa que ofrecieron en Oviedo dos días antes de recoger de manos del Rey Felipe el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2017, concedido a los «All Blacks» por sus «extraordinarios éxitos deportivos» y por sus «grandes valores como la solidaridad y la deportividad».
Destacaron que el propio vestuario de la selección es un ejemplo de integración y diversidad cultural, al estar integrado por jugadores procedentes de distintas islas, como Fiji o Samoa, y con raíces europeas, asiáticas u oceánicas. Sin embargo, Israel Dagg subrayó que, pese a que en el vestuario coinciden personas de distintos lugares, a la hora de jugar y competir se enfundan la camiseta «kiwi» y se unen «en uno solo».
Asimismo, el seleccionador destacó que el rugby, más allá de las enseñanzas deportivas, inculca a sus jugadores unos valores que se pueden aplicar «en la vida diaria», como el respeto, la humildad o la solidaridad, y que forman parte del código de conducta del equipo nacional neozelandés.
Al ser preguntado sobre la razón por la que los «All Blacks» caen tan bien, Fox aludió a la «normalidad» en su día a día, que coincide con el estilo de vida de la mayoría de la gente, y explicó que su selección es un reflejo de lo que es Nueva Zelanda, un grupo «pequeño, trabajador y humilde».