El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, anunció hoy el comienzo de la última fase del proceso de transición de la seguridad en el país asiático, que otorgará más protagonismo al Ejército afgano.
«A partir de mañana las fuerzas de seguridad afganas llevarán la iniciativa en la responsabilidad de la seguridad en Afganistán», afirmó Karzai en una ceremonia celebrada en Kabul para marcar el hito.
Con el comienzo de la última fase del traspaso de la seguridad, proceso que comenzó en 2011 y finalizara en 2014, las fuerzas internacionales de la OTAN (ISAF) han traspasado el control de los 95 distritos que todavía estaban bajo su dominio.
Estos distritos se encuentran principalmente en Kandahar, provincia de nacimiento de los talibanes, y Nangarhar, Jost y Paktika, bastiones de los insurgentes a lo largo de la frontera con Pakistán.
El Ejército afgano cuenta con 350.000 soldados, entrenados por las fuerzas internacionales, que a partir de ahora desempeñarán un papel de apoyo, asesoramiento y formación.
Las tropas de la ISAF alcanzaron los 140.00 soldados en 2011 y desde entonces se ha ido reduciendo hasta que el proceso de retirada culmine en 2014.
Tras la retirada occidental se desconoce a cuánto ascenderá la presencia de tropas extranjeras, algo que deben acordar el Gobierno afgano y los aliados.
El conflicto afgano se encuentra en uno de sus momentos más sangrientos desde su comienzo en 2001.
Según la ONU, el número de niños muertos o heridos a causa del conflicto en Afganistán aumentó un 30% en los primeros cinco meses de 2013 respecto al mismo período del año anterior, con un total de 524.
El número de civiles víctimas de sucesos violentos en el país asiático aumentaron un 24% respecto al mismo período de 2012, situándose en 2.499, de las que un 74% atribuye la ONU a las acciones de los talibanes.