Marta Aranda tiene 24 años, ha ganado el Certamen de Jóvenes Diseñadores de la Comunidad de Madrid y el de Nuevos Diseñadores con empresas de reciente creación. Ya ha creado tres colecciones. Aunque a Marta le gusta decir que son “proyectos”. El primero fue ‘Emili’, se inspiró en la relación que mantenía el pintor austriaco Gustav Klimt con su amiga (que era diseñadora) Emilie Flögue. Con el segundo ganó el premio de Mejor Joven Diseñador de Madrid Ciudad 2016, ‘Dermos’, recibe su nombre por la denominación griega de la piel derma y está basada en una reflexión de lo que significa para el ser humano el vestido, la moda y donde el vestido es un signo de identidad, una “segunda piel”. El tercero y último es ‘Génesis’.
¿Qué representa tu proyecto Génesis?
Génesis es el último proyecto que he realizado. Recibe ese nombre de la etimología de la palabra “Génesis” que significa proceso de generación a partir del desorden, del caos. La premisa de esta colección era una experimentación con patrones, formas, texturas y telas, quería darles la vuelta a determinados tejidos y utilizarlos de modos diferentes a los que se habían planteado hasta ahora. Básicamente, construir a partir de la deconstrucción, de lo desconocido, crear algo con sentido y unidad a partir de elementos de naturalezas aparentemente opuestas.
Aranda considera que la moda es una herramienta a través de la cual el ser humano puede expresarse y definirse. “La vestimenta hace la función de ‘segunda piel’”. La diseñadora no entiende la moda como tendencia sino en el sentido más antropológico de la palabra.
La joven artista tiene muchos diseñadores de referencia. Alexander McQueen, Martin Margiela, Comme Des Garçons (Rei Kawakubo) o Simone Rocha. También, le apasiona el trabajo que hace Josep Font en Delpozo y también volviendo al tema de lo andrógino o unisex, le encantan las colecciones de Palomo Spain.
Estudió Bellas Artes y la inspiración para diseñar su ropa proviene del mundo artístico. En ‘Génesis’, la inspiración partió de la obra de diferentes artistas del Land Art, y de otros que trabajan con texturas, tejidos o volúmenes, como Magdalena Abakanowicz, Alberto Burri o Doris Salcedo.
¿Qué ha supuesto para tu carrera el premio del Certamen de Jóvenes Diseñadores?
Ese premio conllevó sobre todo visibilidad a mi trabajo. Sobre todo supuso una inyección de confianza para que me metiese de lleno en este mundo. Por aquel entonces yo había acabado Bellas Artes y tenía contacto con el mundo de la moda por algunos cursos que había hecho y unas prácticas. Pero nada más. El que me otorgasen ese premio me animó a apostar todo por seguir mi camino.
En tus diseños, mezclas diferentes tejidos, texturas, ¿qué buscas con ello?
Busco reinventar las relaciones entre los tejidos. En esta última colección (´Génesis´), en un mismo look podía combinar telas “nobles” como una organza bordada de seda mezclada con una tela tosca de saco o arpillera. Tejido que poca utilidad se le ha dado hasta ahora en el mundo de la moda.
Lo que busco es crear un conjunto a partir de materiales de naturalezas totalmente opuestas y ver cómo se relacionan entre ellas.
¿Cuáles son tus tejidos favoritos para la ropa? ¿Los colores? ¿Los estampados?
Creo que no tengo un tejido fetiche o favorito, me dejo llevar por el tacto que tienen y la caída. Me gusta mezclar diferentes caídas. En cuanto a los colores, depende mucho de mi inspiración en ese momento. Últimamente estoy pasando una época en la que los tonos tierras o tonos rosados tipo maquillaje me atraen mucho.
¿Cómo es el proceso interno del diseño de una prenda?
Lo primero que pienso (partiendo de mi inspiración) es en la paleta de color de la colección y en los tejidos. Después, trabajo los volúmenes. Por último, me pongo con el patrón de la prenda y los acabados.
¿Cómo está siendo la acogida de tus colecciones?
Por ahora están teniendo buena acogida si hablamos a nivel de concursos, redes sociales, etc. Pero no he puesto ninguna a la venta (de momento). Mi idea de negocio sería crear un atelier Demi-couture en el que la clienta pudiese crear un vestido único pero con la esencia de mis diseños. Por ahora, es sólo un proyecto. Pero sí que he realizado ya algún diseño a medida.
¿Qué buscas en una prenda para que sea perfecta?
Equilibrio entre forma, color, y un patronaje impecable.
¿Sólo femenina?
No, de hecho mi última colección tiene algunos elementos masculinos e incluso llegué a pensar en llevarla al campo unisex. En mi próximo proyecto, así será. Me parece un campo muy interesante.
¿Has trabajado para alguna marca de moda?
Estuve trabajando después de la carrera en el atelier de Isabel Núñez (Inuñez). Fue mi primera experiencia en este mundo. Ahora estoy trabajando en Inés Figaredo, una firma de bolsos española que me encanta por las referencias artísticas que tienen sus creaciones.
A pesar de tu juventud, estás haciéndote un hueco en el difícil mundo de la moda…
Es cierto que es un mundo muy difícil, y más en España. Aquí, tenemos la “suerte” de competir con grandes marcas de retail como el imperio Inditex o Mango. Luchado contra esto, hay una generación de jóvenes diseñadores españoles que apuestan por un cambio en la industria de este país y vienen pisando con fuerza, por lo que yo tengo esperanza.
¿Cómo ves el panorama actual del sector de la moda?
Vivimos en una época en la que lo que prima es la economía y no la creatividad. Actualmente, los que dictan las normas son los grandes conglomerados como el grupo LVMH o Kering (por no hablar de los grandes retailers como Inditex o H&M). Los pequeños diseñadores (o los diseñadores que no se quieren atener a las normas de la industria) son los que más sufren. Todo esto sin hablar de la producción en masa a la que se ven abocados los creativos con (al menos) cuatro colecciones al año que presentar y jefes de ventas a los que satisfacer. Sin duda, es un momento complicado para esta industria. Aun así, somos ya muchos los que intentamos cambiar la situación y contribuir a crear un mundo mejor con la introducción de la sostenibilidad en este sector, que a día de hoy aún escasea.