Este caso pondrá a prueba las leyes austriacas de restitución de arte saqueado. Se centra en la familia Lederer, unos judíos que emigraron a Suiza cuando la Alemania nazi anexionó Austria en 1938 y la extensa colección de arte de la familia fue incautada.
La colección incluía el friso monumental de 1902, que homenajeaba al compositor alemán de la »Novena Sinfonía», y que ahora se guarda en una sala con climatización controlada en el museo Secesión de Viena.
Erich Lederer recuperó la mastodóntica obra después de la guerra pero con una dificultad: Austria le dejaría exportar sus otras obras de arte sólo si vendía el friso al Estado a un precio con descuento, según el abogado de la familia Marc Weber.
El New York Times informó de que Lederer accedió a vender el friso al Gobierno en 1973 por 750.000 dólares, la mitad de su valor estimado en esa época, según una evaluación de la casa de subastas Christie»s. Weber confirmó la información.
COMISIÓN DE INVESTIGADORES
Ahora, un portavoz del Ministerio de Educación, Arte y Cultura ha dicho que una comisión de investigadores de importantes museos estudiarían el caso y emitirían sus conclusiones a un comité asesor de restituciones.
El comité realizará una recomendación al ministro de Cultura, que adoptará la decisión final. El portavoz no dijo cuánto podría alargase el proceso o avanzar un posible resultado.
El Gobierno austriaco, que devolvió seis obras del casi contemporáneo de Klimt Egon Schiele a los herederos de Erich Lederer en 1999, enmendó su ley de restitución en 2009 para incluir la propiedad que fue vendida con descuentos por la prohibición de exportarlas.
Weber dijo que una decena de herederos están repartidos por el mundo, y que él representa a los que están afincados en Suiza. Queda por ver qué sucederá con la obra si la familia gana su demanda.