¿Qué pasa cuando un sevillano se enamora de una vasca? En la realidad, que viven felices y no hay ningún problema, pero si hablamos de ficción, de una pareja así pueden salir, sobre todo, muchas risas. Este viernes 14 de marzo llega a los cines »Ocho apellidos vascos» (Universal Pictures), una comedia romántica producida por Mediaset España y que cuenta con dos protagonistas de lujo: Dani Rovira, que se estrena como actor en una película, y la bella Clara Lago.
«Todo el equipo me lo dice, estrenarte con Emilio Martínez-Lázaro (director de la cinta) es lo que mejor te podía pasar. Y es verdad porque me ha cuidado mucho, el es consciente de que yo no tenía ni pajolera idea de cine. Ha hecho que el resto del grupo se busque un poco la vida para poder faclitarme a mí el trabajo», dice el debutante Dani Rovira, que da vida a Rafa.
Por su parte, Clara Lago comenta que «hay que tener sentido del humor y Emilio sabe cuando meter el humor para dominar el tempo de la comedia, para ver la verdad y no irte a una cosa muy parodia». Sobre su compañero »novato», Clara sólo tiene buenas palabras. «Es un compañero maravilloso, nos hemos divertido muchísimo. Aunque a mí a veces me daba penita porque su personaje me sufre bastante», bromea con Teinteresa.es.
Rafa (Dani Rovira), andaluz (sevillano para más señas) de pura cepa, con su pelo engominado y su camisa con el caballito bordado, nunca ha tenido que salir de su querida Sevilla para conseguir lo que más le importa en la vida: el fino, la gomina y las mujeres.
El sevillano comparte horas de fiesta y sevillanas en un tablao junto a dos amigos y se dedica a saltar al escenario del bar para contar sin reparos chistes sobre vascos, provocando las risas en todo su »público». Hasta que un día todo cambia cuando aparece la primera mujer que se resiste a sus encantos: Amaia (Clara Lago), una vasca que odia todo lo que tenga que ver con Despeñaperros para abajo.
«Intentamos que Amaia también tuviera un lado que le cogieras cariño porque sino podría ser muy borde. Pero la verdad es que fue divertidísimo cambiar mi acento y algunas cosas me salían solas. Me salía el lado borde fácilmente», bromea la actriz madrileña.
Decidido a conquistarla, Rafa viaja hasta un pueblo de Euskadi. Allí, para conseguir a Amaia hará lo que haga falta, incluso hacerse pasar por vasco (radical, con pendiente, con pañuelo al cuello y ¡sin gomina!). Pero Amaia no está muy por la labor: acaba de romper con su novio con quien se iba a casar y de repente aparece su padre al que hace seis años que no veía.
Para lograr su objetivo contará con la ayuda de una cacereña afincada en un pueblo de Euskadi tras casarse con un guardia civil, ni más ni menos, a la que da vida una espléndida Carmen Machi que se convierte en »la madre vasca» de Rafa. Juntos tratarán de »engañar» al padre de Amaia (Karra Elejalde) y vivirán situaciones tan surrealistas como divertidas (¿os imagináis a un radical cantando el »Sevilla tiene un color especial» en una manifestación pro ETA? Pues aquí lo veréis).
«España es un país de tópicos y lo bueno es que sabemos reírnos de ellos. El sentido del humor es fundamental. Los tópicos son buenos siempre que no se digan para hacer daño o tomándolos en serio», nos dice Dani Rovira, malagueño que ha tenido que cambiar su acento para convertirse en un vasco enamorado. «A mí me hacen gracia los tópicos. Yo soy madrileña y muchas veces me han dicho que somos chulos y la verdad que no me importa, es más, lo exagero», ríe la simpática Clara Lago.
»Ocho apellidos vascos» es una comedia divertidísima dirigida por Emilio Martínez-Lázaro, en la que los chistes y las puyas entre andaluces y vascos son la parte principal de la cinta, que te hace pasar algo más de 90 minutos llorando de risa. «El problema de los personajes era que sin perder la gracia que produce la caricatura y la exageración de las costumbres, a la vez dotarlos de humanidad, de entidad y que fueran reales y cercanos al espectador para que la historia de la película funcionara», comentaba el director en una entrevista para Europa Press.
La película refleja las difererencias culturales entre el norte y el sur de España y con mucho sentido del humor hace que los topicazos (que si los sevillanos son vagos, que si los vascos son muy brutos…) nos den un bofetón en la cara para hacernos ver que en realidad somos todos más parecidos de lo que nos pensamos. Como es de imaginar, la peli tiene un final feliz y también para los espectadores, que saldrán del cine con muy buen sabor de boca.