El humor introspectivo y minimalista de Aki Kaurismäki combina sorprendentemente bien con el retrato de una odisea de emigración en frontera entre Estados Unidos y México en «Norteado», película de Rigoberto Perézcano que llega a los cines de España este fin de semana con cuatro años de retraso.
«Norteado» tiene dos significados: por un lado es aquella gente «enloquecida con el Norte de México. Por otra es la gente que está bastante perdida», explica a Efe el director de esta película.
Así, la gran novedad de la película es la de mostrar la odisea de un hombre que, en uno de los momentos más importantes de su vida, cuando quiere cruzar de manera ilegal la frontera para instalarse en Estados Unidos, entra en un irremisible estado de impavidez.
«Mi prioridad como director era no hacer otra película más sobre la inmigración. Tenía que ser respetuoso con un tema nada fácil, pero vi que podía ser respetuoso y profundo siendo a la vez divertido», asegura Perézcano.
La pasividad de Andrés, el protagonista -un voluntariamente inexpresivo Harold Torres- encuentra en Tijuana la compañía de otras tres patas para el banco: dos mujeres con las que tendrá sendas historias de amor a cada cual menos apasionada y un hombre que intentará suplir el énfasis que necesita para la huida.
Alicia Laguna, Sonia Couho y Luis Cárdenas completan el reparto. «Se reúnen cuatro »outsiders» totales y crean entre ellos una relación que es como la de una familia disfuncional», dice el director, cuya experiencia anterior había sido documental y ahora se pasa a una ficción que tiene un curioso efecto: al despojarse de toda su afectación es cuando encuentra su sensación de irrealidad.
«Me queda claro como director formado en el documental que la posición acertada es la de sugerir y no imponer una narración. Me gusta narrar en breve momentos y mi obligación es plantear las ideas para que el espectador las desarrolle», argumenta Perézcano, quien después de «Norteado» no ha vuelto a estrenar ninguna película.
Aunque este filme ha pasado por Brastislava, Rotterdam, Toronto o San Sebastián, festivales que se han rendido a su chocante encanto, el realizador ya avisaba en 2009 en San Sebastián cuál era el riesgo de su próximo proyecto.
«Se llamará »Carmín tropical» y es una historia de travestismo, homosexualidad en relación con la muerte ambientada en los pueblos negros de México. Si llego a terminarla, me retiro», aseguró entonces.
Por Mateo Sancho Cardiel