»Kill Bill» es quizás la obra más grande de Tarantino, grande en el sentido de que tuvo que dividir la película en dos partes porque sino quedaría muy larga. En »Kill Bill» contó otra vez con parte de su séquito habitual, y decidió contar con uno de sus actores favoritos de la infancia, David Carradine.
David Carradine alcanzó la fama gracias a la serie de televisión »Kung Fu», y Tarantino no perdió la oportunidad de contar con uno de sus actores fetiches. Tarantino le dio la oportunidad de interpretar al malo de la película y ¡vaya malo!
Frío, calculador y sobretodo, vengativo. Carradine regaló una de las mejores interpretaciones de su carrera, no le sirvió para estar nominado a ningún premio, pero la conversación final que mantiene con Uma Thurman puede pasar a los anales de la historia.