Chris Penn es un actor que apenas ha tenido trascendencia en este mundo. Su dos papeles más destacados fueron en Reservoir Dogs de Tarantino y en Amor a quemarropa, que curiosamente tenía guión de Quentin.
Su adicción a las drogas y al alcohol lastraron su vida interpretativa. En 2006 se le encontró muerto en su apartamento. En un principio se pensó que fue debido a su adicción a las sustancias, pero la autopsia que se le practicó dejó claro que fue un ataque al corazón y no por las sustancias.