La trayectoria profesional de Óscar Fernández-Capetillo, nacido en Bilbao en 1974, se ha esculpido a base de mucho esfuerzo y mucha capacidad de trabajo. Este científico que estudió Bioquímica en la Universidad del País Vasco comenzó a investigar en el campo de la inmunología en el año 2001. Junto a su equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Óscar trabaja actualmente en «entender por qué los seres humanos envejecemos o tenemos cáncer».
Así, Óscar explica que a lo largo de la vida vamos acumulando daño en nuestro ADN, «se acumulan disfunciones en las células y éstas comienzan a crecer sin control. Así es como se forman los tumores. O también sucede que el ADN de las células se daña, éstas comienzan a no dividirse con facilidad y acumulamos daño». Así, las investigaciones del equipo de Óscar tratan de determinar qué mecanismos tienen las células para reconocer el daño y repararlo.
Óscar acaba de ser reconocido como uno de los 28 científicos con mayor potencial y talento del mundo por el Howard Hughes Medical Institute. Para él, con una brillante trayectoria que le llevó a trabajar en Estados Unidos durante tres años, «no hay una fórmula mágina» para ser un genio en Ciencia: «Hace falta que cada uno conozca sus capacidades, hay que tener mucha capacidad de trabajo, hay que pensar, y hay que estar constantemente haciéndose preguntas«. Y añade: «Todo esto es común entre los científicos: es gente súper llana, noble y con mucha capacidad de trabajo».
¿La Ciencia le deja a Óscar tiempo para él? Sí, de hecho, fuera del ámbito profesional, Óscar se considera de lo más normal… «O no, porque estoy esperando mi cuarto hijo y eso no es habitual (risas)… Pero por supuesto que tengo tiempo. De hecho, la Ciencia no es mi vida, me llena y me satisface pero tengo que ser feliz en mi vida para poder hacer bien Ciencia». Fiel seguidor del Athletic de Bilbao, juega al balonmano, al pádel y le encanta el póker.